Dru
—Ya la he oído, no es necesario que me lo repitas —digo al acercarme a Lucas.
Miro la forma en que aquel auto se aleja a gran velocidad, alejando de mí a la mujer que por derecho debía de ser mía. Lo había visto traerla al trabajo en los últimos cuatro días y tal parecía, que ahora también venía por ella. Ese puto de Dallas se estaba quedando con ella, y yo no era capaz de hacer algo para impedirlo.
—Eres un idiota, Dru.
Escondo las manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta y aspiro con lentitud.
—Dime algo que no sepa, Lucas.
—¿Por qué la dejas ir con otro cuando te mueres de las ganas por tenerla?
—No nací para tener algo como lo que ella sueña —afirmo al hacer una mueca, imágenes de lo que viví en mi infancia y adolescencia a causas del hogar tan disfuncional que tuve, inv
