—Por favor solo quiero cinco minutos a solas con mi perro—
—Señorita Stargees, pero que sean cinco minutos solamente, este pobre animalito la ha estado pasando mal—
—Lo prometo, Dany…—
—Me quedaré contigo, primor—
Haciendo pucheros asiento mientras la veterinaria sale un momento del consultorio, veo a mi pobre y viejo pug acostado sobre la mesita, su mirada triste me rompe el corazón, pero aun así me mueve su pequeña colita alegrándose de verme
—¡Oh Spike! Pequeñito te voy a extrañar mucho —
Llevo mi mano acariciando su cabeza, alcanza a lamer mi muñeca, no puedo evitar sentirme mal, las lágrimas empañan mi visión y comienzo a llorar, me acerco a él aún más para abrazarlo, pero este aúlla, pareciera que le duele algo
—Dumplin, tienes que dejarlo dormir ya, lo necesita, solo míralo—
