Aidan. Casi una hora después llego a la ubicación que me envió Paty, era en una fiesta de universitarios, arrugo el entrecejo, ¿por qué están aquí? Sin hablar con nadie paso por en medio de todos quienes gritan y bailan eufóricos, busco con la mirada a Alaia, se supone que está aquí, pero, no la encuentro por ningún lado. — ¡Aquí estás! La escucho mientras siento su mano en mi hombro, giro un poco para verla, está vestida con poca ropa, parece estar bastante ebria y sonríe como si algo fuese muy gracioso. — ¿Dónde está Alaia? Pregunto manteniendo mi entrecejo arrugado, ella se lleva la mano a la cabeza como si estuviese pensando, luego asiente varias veces, me toma de la mano y me guía por en medio de las personas sudorosas que de a poco me van causando nauseas, apestan a alcohol.