Aidan.
— Entonces… ¿cómo van las cosas en tu manada, Aidan?
Pregunta una risueña tía Samara, estamos en la sala de la mansión principal de la manada “Fast Wolf” liderada por Kenner, como ya había mencionado, traje a mi hermana Alma junto a Nick.
Ciertamente, la tía Samara no es mi tía de sangre, pero, es como si lo fuera porque me vio crecer y me quiere como a un hijo.
Además, nuestra madre la quiere como una hermana, así que, ni modo.
Sí, pero, se siente un poco raro decirles tíos cuando ni aparentan ser tan mayores.
Es por el gen licántropo.
— Bien tía Sami, ya sabes, lo de siempre.
Respondo encogiéndome de hombros, ella solo eleva una de sus cejas. Ella, a veces, suele ir de visita a la manada, claro, siempre y cuando Kenner la acompañe, él es un poco… serio, pero, supongo que es un rasgo normal en el linaje de Alphas, porque mi padre es así cuando no está mi madre cerca.
Los Alphas no necesitamos sonreír si no es a nuestras lunas.
— ¿Puedes decirle a tu madre que se aparezca más veces por aquí?
Pregunta con una sonrisa un poco traviesa que termino correspondiendo, niego con la cabeza.
— Mi madre anda muy ocupada con eso de la fundación.
— Oh cierto, pero, extraño a mi amiga y últimamente solo veo a Adara cada vez que voy a su restaurante.
— Tía Adara insiste en hacer más conocido ese restaurante, incluso tío Sander está en busca de nuevas oportunidades.
— Lo conseguirá, de eso estoy segura, después de todo, él siempre ha sido persistente, fue así como conquistó el corazón de Adara.
Dice tía Samara mirando a otro lado con una sonrisa como si estuviese recordando algo, luego de unos segundos vuelve a mirarme.
— ¿Qué sabes de Alex? Ese vampiro no se ha vuelto a pasar por aquí.
Cambia de tema pareciendo levemente enojada, el tío Alex o Alex como le decimos todos, es el chico más envidiado por mi padre, tío Sander, incluso por Luka, ah y claro que por Kenner también.
Eso es porque Alex ha formado parte de la vida de sus parejas.
Dice Alan, le doy la razón, Alex es como un hermano mayor de mi madre, mi tía Adara y Samara, incluso, al pasar los años, se ha hecho amigo cercano de Lexia, la madre de Liam.
— Oh, de eso no sé tía, solo sé que salió de viaje ayer y no dijo cuándo regresaría.
— ¿Qué?, ¿cómo que se fue?
Pregunta arrugando el entrecejo, luego niega con la cabeza, se levanta del sofá caminando de un lado a otro.
— Solo se fue.
— Jake no me dijo nada, qué falta de respeto, ellos se escabullen como si fuesen espías de alto rango.
Dice resoplando al pasar sus manos por sus cabellos, solo sonrío levemente, tía Samara es de las más habladoras y ciertamente siempre parece tener algo qué decir o eso es lo que mi madre dice.
— Tía Samara…
— Qué onda, Aidan, no sabía que vendrías de visita.
La voz de Jake me interrumpe, lo veo venir por un pasillo con un emparedado en mano, tan pronto como ve la mirada de tía Samara se detiene a unos metros de nosotros.
— Tú, dime dónde está Alex.
— No lo sé, Samara, seguramente en la manada de Aidan.
Responde este mientras da otro mordisco al emparedado como si nada.
— Mientes, me acabo de enterar de que salió de viaje.
— Pues, ni idea.
Dice encogiéndose de hombros, la tía Samara entrecierra sus ojos.
— ¡Madre!
Dice Nick bajando las escaleras junto con mi hermana, me levanto acercándome a verlos, mi hermana viene sonriente hacia mí.
— Terminamos la tarea, hermano.
— Qué bueno, ¿nos vamos a casa?
Le pregunto desordenando un poco de sus cabellos, ella me mira con mala cara al hacerle eso, no le gusta estar despeinada.
— Aidan, Alma, ¿se quedan a cenar?
Pregunta tía Samara mirándonos mientras abraza de lado a Nick quien solo nos mira con una expresión neutra.
Es muy parecido a su padre.
Nosotros también, ¿no lo crees?
— Tía, creo que no es necesario.
— ¿Cómo qué no? Es solo una cena, luego Jake puede llevarlos.
— ¿Yo? Pero, si Aidan ya es mayor Samara… eh, digo, mejor que sí, quédense a cenar.
Dice al notar la mirada fulminante de tía Samara, sonrío de lado viendo que al parecer la situación aquí no es tan diferente de la que vivo en casa cuando mi madre tiene la última palabra por encima de mi padre y los demás.
— Vamos a quedarnos, Aidan.
Dice Alma llamando mi atención, bajo un poco la cabeza mirándola, termino suspirando.
— De acuerdo, pero, llamaremos a nuestra madre para avisarle.
— ¡Sí!
Dice dando un ligero salto, miro a los demás y saco el móvil para llamar a mi madre, segundos después termino la llamada con el recado de ella mandando saludos.
— Pasemos al comedor.
Invita tía Samara guiándonos al lugar.
— Mamá, yo quiero jugo de naranja.
Dice Sandra saliendo de la cocina, ella es la hija menor de tía Samara, tiene seis años.
— ¿Y por qué traes esa carita, mi amor?
Le pregunta con amor, en eso, la pequeña hace sobresalir demás su labio inferior y señala a Jake quien finge no verla en lo que toma asiento en la mesa.
— Jake se tomó mi jugo.
— No es cierto.
— ¡Sí lo tomaste!
Le replica la_niña mientras se cruza de brazos mirando con mala cara a Jake, tía Samara suspira negando con la cabeza.
— Jake…
— Yo no hice nada.
Se defiende el vampiro.
— Sí, claro.
Susurra Nick sonriendo de lado desde su asiento, los miro un poco divertido_por la situación.
— Mamá.
Dice Sandra con la voz un poco quebrada, en eso tía Samara mira con seriedad a Jake, quien pone sus ojos en blanco, se levanta de su silla y camina hacia Sandra extendiéndole su mano.
— Ven, te prepararé tu jugo de naranja pequeña tramposa.
Le dice guiñándole un ojo, la_niña en un segundo sonríe emocionada tomando su mano y prácticamente se lo lleva a rastras a la cocina, miro la escena sin entender nada, en eso tía Samara toma su lugar suspirando.
— Tranquilo, Aidan, Sandra siempre es así con Jake, le tiene un aprecio único que a veces no sabes si se agradan o se desagradan.
Asiento con la cabeza recordando que, Alma, a veces es así con Alex, ella le invita sus cosas y luego se queja diciendo que Alex las tomó sin permiso, todo para que él le compre o le prepare lo que se había comido.
Minutos después, ya estamos cenando en silencio, me parece un poco extraño que solo estemos tía Samara, Jake, Nick, Sandra, mi hermana Alma y yo.
— Kenner, Kenaz y Keira no están.
Dice Jake a mi pregunta no formulada en voz alta, lo miro.
— ¿Por qué?
— Oh, eso es sencillo, Kenner está de viaje por negocios, en cambio sus padres están de leves vacaciones, si sabes a lo que me refiero, ¿no?
Dice guiñándome un ojo, me río un poco porque sí entendí la referencia.
— ¡Jake!
Reprende tía Samara fulminándolo con la mirada.
— ¿Qué? No dije nada malo.
Se defiende, yo solo sonrío mientras doy otro bocado más a la cena.
— Hay niños presentes.
Dice ella mirando hacia Nick, Sandra y Alma, quienes están concentrados comiendo.
— Por favor, Samara, estos pequeños son más traviesos de lo que crees, solo debes fijarte en sus padres, al menos, Nick está un poco cansado de escucharte mientras estas de romántica con Kenner.
— Sí, madre, es verdad.
— ¡Jake!, ¡Nick!
Reprende de nuevo, me río divertido por la situación y Nick solo asiente con la cabeza mirando a su madre quien por cierto tiene las mejillas sonrojadas, mi hermana Alma solo sonríe tímidamente mientras continúa comiendo.
— Disculpen a Jake, a veces es muy…
— No te preocupes, tía Samara, en nuestra casa también suceden cosas similares.
La interrumpo buscando calmarla, ella solo suspira, aunque termina sonriendo.
— Supongo que debe ser peor, porque está Arya con tu padre, luego Adara con Sander y no olvidemos a la efusiva Lexia con Luka.
Dice encogiéndose de hombros, yo solo asiento con la cabeza mientras suspiro, definitivamente es toda una aventura el vivir con ellos, pero, no hay mejor cosa que la familia, aunque sean muy empalagosos.
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— ¿Y a qué hora vas a regresar, hijo?
Pregunta mi madre mientras viene caminando detrás de mí que ya voy bajando por las escaleras, al llegar a la planta baja giro para mirarla.
— No lo sé, madre, pero, supongo que por la tarde.
— De acuerdo, pero, no llegues tarde, ¿sí?
— Rubita.
Dice mi padre viniendo del pasillo que lleva a la cocina, al llegar la abraza por la cintura pegándola a su pecho, sonriendo le da un beso en una de sus mejillas mientras noto la misma sonrisa en mi madre.
— Mati, pensé que ya te habías ido a la compañía.
— Mmm, no podía irme sin tener un beso de mi Luna.
Le responde mi padre mientras aspira el aroma de mi madre posando el rostro en su cuello, hago una pequeña mueca ante su demostración de amor, carraspeo para que no olviden que sigo aquí.
— Mati, espera un momento.
Dice mi madre saliendo de su agarre, en eso mi padre se endereza un poco mirándome un poco serio, no es de su agrado separarse de mi madre.
— Padre.
— Aidan.
Responde a mi saludo, luego me fijo de nuevo a mi madre, quien se acerca a tomar mis mejillas con sus delicadas manos.
— Cuídate, no olvides llegar temprano.
— Está bien, madre.
— Aw, te amo.
Dice con emoción para obligarme a bajar un poco la cabeza y darme besos en mis mejillas mientras me rodea en un abrazo, suspiro correspondiéndole, ella es muy cariñosa y donde yo no le llegue a corresponder, me ganaría una fulminante mirada de mi padre por hacer sentir siquiera leve tristeza a su Luna.
— Yo también, madre, pero, ahora ya debo irme si no quiero llegar tarde.
Digo alejándola lentamente, ella sonríe mientras asiente con la cabeza y se acerca de nuevo a mi padre quien no pierde tiempo en rodearla de nuevo entre sus brazos.
— No dejes de lado el móvil.
— Sí, padre.
Respondo asintiendo con la cabeza, salgo de la casa yendo directo a mi auto, subo y conduzco hacia la casa de Araceli, ya quiero comenzar la tarea.