Aranza. Se me queda mirando como si buscara algo dentro de mí, ¿quién dice que los lobos no son predecibles? Por esta ocasión, no logré sentirlo tan rápido como de costumbre, porque estaba tan sumergida mirando el exterior, pensando en alguna forma de acercarme más a él, pero, sin parecer lo suficientemente obvia que solo lo percibí antes de que me preguntara que si tampoco podía dormir. Ah, pero, eso no es el tema porque resulta que Aidan, como todo hombre es un lanzado y he aquí mi propia respuesta, me está buscando, quiere que lo desee, cosa que sí siento, pero, él no tiene por qué saberlo… todavía. Creo que jugaré el juego de la escapada. — Como sea, ya estoy aquí. — Lo puedo notar. Respondo, suspiro y me escabullo por debajo de sus brazos para poder acercarme de nuevo al barand