Aranza. Dos días después me encontraba corriendo alrededor del “campo de entrenamiento” de la manada en la cual me quedo a vivir, ¿por qué? Porque soy una bailarina que tiene que hacer ejercicio para mantener la figura y seguir haciendo mis movimientos de baile como si no tuviera huesos. Después del incidente en el centro comercial cuando el Alphita cometió el grandísimo error de pensar que podía moverme a su antojo, no lo volví a ver y con eso me refiero a que pareciera que me evita porque las pocas veces que coincidimos lo hacemos en la hora de las comidas en donde están todos esos habitantes haciendo tremendo ruido en el comedor. Pero, ese no es el tema, si no que yo, como buena chica que se finge humana y que tengo vigilado a mi querido túa cantante, pude notar que se la pasa más ti