—Está bien, pero que mi jefa no sepa que estoy tomando algo en horario laboral —pidió jocoso y ella simuló que cerraba sus labios con una cremallera. Alessia se levantó de su escritorio y caminó hacia una pequeña barra en la esquina de la oficina. —¿Vino o whisky? —Vino… Sacó dos copas y una botella de vino tinto. —Es un buen vino, prometo que te gustará —dijo ella mientras servía las copas. Noah se relajó un poco, aceptando la copa que Alessia le ofrecía. Sus dedos se rozaron brevemente al recibirla, lo que provocó una chispa inesperada que ambos notaron, aunque ninguno lo mencionó. —Salud —dijo Alessia, levantando su copa. —Salud —respondió Noah, chocando suavemente su copa con la de ella. Tomaron un sorbo, disfrutaron el sabor del vino. El ambiente en la oficina se sentía dif