Entré a mi cuarto aún temblando de la rabia contenida, estaba furiosa no solo con Esteban sino también conmigo misma por haber permitido que ese idiota se tomara la osadía de tratarme de esa manera, de atreverse a intentar someterme a su voluntad, de incluso intentar humillarme, y peor aún, de amenazarme. Pero sabía que había sido la mejor elección, no hubiera sido inteligente haber armado una discusión en pleno jardín delante de los más influyentes miembros de la Famiglia, eso hubiera podido desencadenar terribles consecuencias, no sabía de la forma en que cada uno de ellos pudiera decidir utilizar la gran brecha que había entre Esteban y yo, una brecha que si se hacia pública acabaría destruyendo a nuestra Famiglia, pero fuera cual fuera la manera en que decidieran utilizar esa informac