Tengo a Mila mirando una película y pintando en el piso en la sala, y Zack estaba durmiendose pero aparentemente cambió de opinión. Así que en vez de darme una larga y relajante ducha, lo senté en la sillita con unos juguetes de encastre, y aprovecho a cocinar.
Me gusta hacer la compra una vez a la semana y preparar distintos platos y guardarlos listos para cocinar o calentar.
Así cada vez que vamos a comer la preparación es rápida, y tengo menos para limpiar también.
Este método me ayudó a descubrir qué alimentos le gustan a mis niños, y de qué manera les gustan más y cosas así.
Los primeros meses tenía miedo de todo, de hacer todo mal, de que la casa sea peligrosa o hasta de que entre algún animal y nos mate.
Dios todavía tengo miedos, pero son dos niños perfectos. Sus padres estaban haciendo un trabajo maravilloso con ellos, son amorosos, buenos, divertidos. Se llevan bien con Emma, esa niña preciosa ama a todo el mundo y ama a mis hijos también, estoy tan agradecido por esta nueva vida. Tan feliz.
Los chicos siempre me ayudan muchísimo, están siempre presentes y atentos a todo. Desde el principio tanto con la casa como con el centro y ahora con los niños.
Es tan lindo tener una familia.
Hay veces que no me lo creo, que mi vida sea ésta, llena de amor y de familia. Mi hermano es lo mejor que me pudo haber pasado, lo amo tanto, y Pedro, ese moreno es tan bueno. Son la pareja perfecta, sueño con tener un amor así para mí.
-papá ya vamos a comer? Tengo hambre
Cuando Mila escuchó a su hermanito llamarme papá comenzó a hacerlo ella también y la amo cada vez más.
-si cariño. Quieres ayudarme a preparar la mesa?
Sirvo la comida cuando ya tenemos todo listo y comemos, hoy nos tocó pasta con albóndigas, y les encanta a los 2. Zack come solo, usando sus manitos gorditas y ensucia todo, pero me encanta. El come y se ríe. Es feliz.
Y Mila es toda prolija y meticulosa, come tranquila y charla como una persona grande, es tan dulce.
Después de comer llevo a Zack al baño mientras mila se coloca su pijama y nos espera para una historia antes de dormir.
Así es nuestra rutina nocturna. Nos costó trabajo y algunas lágrimas descubrirla pero ahora estamos bien, ya nos conocemos. Estamos cómodos los 3 juntos.
Después de un rato que los niños ya duermen, aún sigo en su cuarto sólo mirándolos. Son tan tranquilos. Agradezco al universo que tengan una infancia feliz, a pesar de la muerte de sus padres. Trato de darles una vida feliz, todo lo contrario a lo que yo viví.
Y ahí es donde decido salir y distraerme por que esos pensamientos no me hacen bien, así que pongo un programa de noticias en la tele y comienzo a juntar y ordenar un poco para tener la mente ocupada.
Y en la parte más entretenida de juntar un millón de crayones de la alfombra suena mi teléfono.
--hola!!
Ay dios mío, un mensaje? Que está pasando Pat?
--hola tú
Decido responderle simplemente pero nada tranquilo, me siento sobre mis piernas dobladas en el sofá, y es inevitable morder mis uñas mientras espero una respuesta.
Que no tarda en llegar
--estás ocupado?
--lo siento si estabas
durmiendo o algo
--no no,
recién acosté a los niños.
--Y aprovecho a juntar juguetes
y limpiar un poco
--tiempo de adultos ya sabes :)
--necesitas ayuda?
Guau! Que es esto?
Antes de que responda manda otro mensaje
--para juntar los juguetes
no con el tiempo de adultos
--quiero decir, seríamos adultos
Pero
--te entiendo jaja,
pero estoy bien, no necesito
ayuda
--estoy afuera
Bueno esto es raro. Está afuera. Así que antes de volverme loco pensando e imaginando cosas me levanto y abro la puerta.
Y si, ahí está. Apoyado en la baranda de la pequeña escalera que sube a mi galería.
-hola
-hola tú
Le digo lo mismo que en el mensaje.
Me sonríe apenas.
-ven, pasa.
Me hago a un lado y lo veo acercarse hasta pasar junto a mi por la puerta. Se detiene un segundo casi pegado a mi y me mira, esto se está poniendo intensamente raro.
Aclaro mi garganta y el sonido lo hace seguir avanzando.
Y yo largo aire que no sabía que estaba reteniendo.
"Ayúdame universo" pido respirando profundo y entro a casa yo también.