CHANTAL Había decidido relajarme por al menos esa noche. La salida a un lugar más tranquilo no había resultado del todo mal. Aquí nadie me podía molestar. — Odio decirlo, pero tenías razón. Salir a cenar con una amiga no está mal —. Partí un pedazo de pato con el cuchillo para llevarlo a la boca—. Y debo decir que la comida, en definitiva, es muy parecida a la que comí en Beijing. — Te lo dije —. Doris suspiró con una amplia sonrisa en los labios—. Al menos se te está quitando un poco de la ansiedad social. Mi amiga sacó su teléfono y me apuntó con la cámara. — Doris, nada de fotos o videos que puedan decir en donde estoy —. Le dije en voz baja. — Vamos amiga. Solo una foto que no la voy a subir a redes. — Doris —. Me sentía incómoda con las fotos, con los videos, o cualquier