CHANTAL Me deseaba. Sentí que el aire me faltaba a causa de la traición de mi cuerpo. Había ido directo al asunto y no había tenido tiempo de reaccionar para que mi corazón dejara de brincar como una loca en un trampolín. Tomé aire y me obligué a respirar, cosa que hizo que el aroma de su perfume me inundara hasta la médula. Con una mirada cargada de altanería y una sonrisa afilada, di un paso hacia él para intentar mantener el control, o al menos aparentar que así era. Al menos le demostraría que no le tenía. — Supongamos que es mutuo —. Lo vi directo a sus ojos negros. Me percaté de sus cejas pobladas y las pestañas largas que le daban un aire más seductor. Odiaba que fuera tan guapo, jo**der. — ¿Supongamos? —Su mirada seductora combinaba bien con esa sonrisa seductora que tenía de