CHANTAL Había decidido darme la cara luego de haberme ignorado. En realidad había agradecido el gesto de dejarlo en el ámbito profesional y nada más. No había nadie cerca de nosotros. Los trabajadores estaban es sus respectivos lugares y los visitantes eran atendidos por los responsables de los departamentos a los que se dirigían. En pocas palabras, Zane era el responsable de atenderme de manera personal. — Hola, señor Blackford —. Lo saludé con cortesía, como una persona saluda a alguien superior. — No creo que las formalidades apliquen entre tú y yo —. Alzó una ceja. — Usted me pidió para hablar sobre la gestión de la joint venture, así que las formalidades van dentro del trabajo. Le respondí a esa mirada penetrante que tenían esos ojos negros que me ponían nerviosa. — Chantal, ¿p