Haarón se miraba en el espejo del baño. El comentario de Honey, de alguna manera, lo había desanimado. Tal vez, en algún momento, pensó que ella estaba interesada en él. Pero esa posibilidad, ya había sido borrada de manera definitiva por la poderosa inversionista de carácter imperioso. Aun así, cumplirá su rol de esposo, en el tiempo que estuvieran juntos, aunque no hubiera cariño ni afecto de por medio, sería leal a sus votos nupciales, que había jurado frente a Dios, sus padres y sus allegados. Se preparó para dormir, pero no podía conciliar el sueño. En este preciso momento, en el que estaba solo y en la que los únicos testigos eran las paredes y la almohada, debía soltar en llanto y desahogarse de todo el sufrimiento que tenía, pero, las lágrimas no salían de sus ojos; nada más pensab
