—¡Salud! —exclamaron los invitados al mismo tiempo.
Haarón chocó la copa de vino con Honey y luego lo hicieron los demás. El sonido ligero del cristal golpeándose, fue lo que se escuchó. Entrecruzó su brazo con su esposa y bebieron del vaso. Mientras lo hacían, sus ojos se observaban con atención. Las últimas palabras de Honey, hacían eco en su cabeza. ¿Ya la había salvado antes? ¿Cómo se puede salvar a una persona, que apenas habías visto en dos ocasiones? La primera, en la tienda, y luego, en la catedral. ¿A qué se refería? Pero desde que habían conversado en la mañana, ella había hablado con frases certeras e intelectuales; quizás era una respuesta sin trasfondo, aunque, por un instante, sintió algo en su pecho, cuando lo dijo. Honey Hawley, ¿quién era en verdad esa mujer que había apa
