—¿Estás listo?— pregunté con una gran sonrisa a Marc, el cual negaba con nerviosismo, era increíble como se encontraba tan temeroso por sus primeras prácticas, de mi parte no podía sentirme más entusiasmada de poder tenerlo tan cerca en aquellas horas laborales.
Miré como este subía la acera, sin pensarlo lo seguí por aquella vía de Londres. Marc aún tenía resaca y eso significaba que su humor no era el mejor.
—j***r Nicole, como voy a estar listo para ese sitio, es la cuna de los mejores inversionistas de todo Londres— accedí comprensiva, nadie estaba listo para ese lugar, mi primer día había sido un desastre y todo gracias a mis nervios, no era sencillo tener que fingir no conocer a Desmond.
—Tienes razón— murmuré para tomar su brazo y seguir caminando, Marc; era como el hermano que nunca tuve, lo admiraba y quería demasiado, su carisma e inteligencia le habían conseguido una beca completa para aquella universidad, sin duda era un guerrero.
—¿Así que Clayrer, eh?— su tono fue burlón, odiaba que me ridiculizara con tonterías, negué para mirar el gran rascacielos "Ratcliffe corporation" el imperio de Desmond.
Sin soltar nuestro agarre subimos las escaleras para acercarnos a las grandes puertas del edificio, este tomó una gran bocanada de aire antes de empujarlas y pisar por primera vez el sitio.
—No paso nada con él— musité mientras sonreía, estaba segura de eso, aunque sus últimas palabras no fueron del todo buenas. —No sé lo que ocurrió después del sexto tequila— reclamé con un puchero.
Marc río al soltarse de mi agarre, nuestros pasos no se detuvieron y al contrario, estos se dirigieron a los grandes recibidores; la recepción.
En segundos pude sentirme extraña y todo era gracias a su presencia, Desmond estaba cerca. Al girar lo miré discutiendo con unos hombres perfectamente vestidos con aquellos trajes a la medida, estos llevaban un maletín mientras le enseñaban hojas sueltas al gran Desmond. Por su rostro pude darme cuenta de que estaba fastidiado de ellos, lo podría jurar, era increíble como aún no se había percatado de mi presencia o tal vez ya lo había hecho, pero era mejor ignorarnos, ser desconocidos.
—Nicole vamos— accedí para dejar de mirarlo, tenía que hablar con él... las cinco llamadas perdidas y los ocho mensajes me lo indicaban; estaba furioso.
—Vamos...— hablé para caminar a una de las recepcionistas, con una sonrisa cálida Mía nos recibió, la mujer se había convertido en una buena conocida desde mi primer día. —Hola Mia, esté es Marc el chico que hará sus prácticas con el ejecutivo Gerard— conté a la mujer, la cual no dejó de sonreír ni un solo segundo.
—Oh vaya, lo estamos esperando, bienvenido a la corporación, tengo que tomarte tus datos para tu gafete y estarás listo— murmuró Mía. —Es placer conocerte Marc—
—El placer es mío— respondió Marc al ofrecerle un apretón de manos.
—No estés nervioso, es un lugar increíble— insistió Mía al dejar su puesto. —Nicole, debo llevarlo a recursos humanos— indicó.
—Claro, no les quito más el tiempo, nos vemos— me despedí para caminar a mi puesto, el cual consistía en ser la secretaría del señor Baker. Con pasos lentos caminé a los ascensores sin antes saludar a los demás empleados que conocía.
Mi puesto de trabajo se ubicaba en el quinto piso, lejos de Desmond y del peligro.
>—¿Peligro?——¿Fue estresante para usted?—<
—Tal vez los primeros meses, posteriormente se volvió algo cotidiano... Después de esa reunión, recibí ciertos mensajes de él, sus palabras fueron— Necesito verte, no preguntes. Estoy yendo a casa y d***o encontrarte en la sala.
Simplemente, suspiré para levantar mis cosas, sus mensajes habían llegado en el perfecto momento, ya que mi tiempo laboral había terminado, aunque sentí una gran pena de dejar al señor Baker solo, ya que minutos antes esté había respondido una llamada telefónica, la cual había despertado su molestia.
No puedo mentir, pensé en no despedirme de él aquel día, puesto que lo había observado arrojar su teléfono bruscamente sobre su escritorio, a la única persona que había visto hacer algo como eso era a Desmond al no llegar aún acuerdo con sus socios.
—Nicole discúlpame, ¿ya te irás?— accedí con cierta sorpresa en mi rostro. —Te veo pasado mañana—
—Nos vemos Dref— y con aquel último saludó deje por completo su oficina.
Mis pasos se dirigieron por los pasillos de siempre para así tomar el elevador, tuve una gran sorpresa cuando las puertas de aquella caja de metal se abrieron. Ya que dentro de aquel elevador Stephanie colgaba del hombro de Marc riendo con demasiada confianza.
—Nicole— exclamó la mujer para separarse de Marc. —Te veníamos a buscar— explicó con fluidez. Accedí para mirarlos por segundos tensos.
—Nos conocimos en la cafetería principal y tienes razón Nicole, Stephanie es increíble— confiesa el hombre mirando a la mujer junto a él, por su mirada sabía que este tenía intenciones no muy buenas con la mujer.
—Dios— pronuncié para reír junto a aquellos. —No quiero ni imaginar cómo se han conocido— advertí para entrar al ascensor junto a ellos.
—Nicole porque no me habías dicho que Stephanie era tan hermosa— escupió Marc intentando coquetear con la rubia, por su parte Stephanie intentaba ocultar sus mejillas rojas.
—Marc— balbuceé al presionar aquel botón del primer piso. —Porque sabía como te ibas a poner— expliqué. Al levantar la vista al frente esperando que las puertas se cerraran observé a Stassie colocarse en la entrada. Eso solo podía significar una cosa, él ya se había marchado y estaría en casa esperándome.
—¿Podemos ir por unos tragos?— dijo Stephanie para sonreír cómplice.
—Yo paso, vayan solos... aprovechan para conocerse mejor— me excusé al sentir como el elevador empezaba a descender. Las posibilidades de ir con ellos no existían, ya que debía arreglar las cosas con aquel hombre poderoso que me esperaba en su departamento.