William ordenó que le preparan un caldo de pollo a su esposa. Aurora tomó asiento en el comedor con ayuda de su esposo. —No tienes porque mostrarte preocupado por mi, ya sé que en lo más mínimo te importo, seguro quieres que me sane para darme otro golpe bajo— Dijo con calma, pero con un dolor profundo. —Aurora no me estoy preocupando por ti, simplemente sentí pena, soy aún un ser humano— Respondió con indiferencia. Unos pocos minutos después, Vicky llegó con el caldo de pollo, William rápidamente se retira sin decir nada. —Aurora estaba muy preocupada por ti, vi todo lo que sucedió— Le decía Vicky apenada. —Ya estoy bien, solo fue un mal momento, quisiera no vivir para jamás tener que recordarlo— —No digas eso Aurora, aún eres muy joven y quizás en cualquier momento serás muy feliz—