Aurora se retiró de la mansión junto a Paolo, finalmente había obtenido el permiso de su esposo, eso era maravilloso. Paolo compró las taquillas en asientos exclusivos, Aurora se sentía emocionada porque hacía ya mucho tiempo que no miraba una película en esas gigantes pantalla. —Gracias por venir, estoy seguro que nos divertiremos viendo la película— Decía Paolo mientras se acomodaba en su asiento. —Agradezco a William porque no se opuso en dejarme venir— Dijo sintiéndose libre, al menos por un momento. —Mi hermano es un amargado, así que, olvídalo por estas horas— Le dijo en buena onda. Aurora se disponía a disfrutar de la película, pero de repente, vio cómo William entraba con su brazo sobre el hombro de otra mujer, eso se sintió incómodo. William tomó unos asientos que estaban al