Isabel dio un paso titubeante hacia Emilia, Ariel se puso entre ambas, el lobo n***o mostró sus colmillos en un acto de amenaza.
—Tranquilo lobito, esto no es en contra tuya— dijo Ángel, como si le hablara a un perrito sumiso.
En medio de aquella habitación, donde se encuentran, se alza un altar de piedras, el cual es bañado en su totalidad por la luz de la luna, cuyos rayos caen directo sobre el. El tiempo que resta es limitado. Ángel y Emilia deberán traspasar a Isabel y al lobo n***o, ellos son sus mayores obstáculos para realizar el ritual, deberán hacerlo antes que la luna deje de brillar sobre el altar.
—Chiquilla entrometida— dijo con odio Isabel acercándose a Emilia, pero antes que la pudiera alcanzar, Ariel saltó sobre ella haciéndola rodar por el suelo.
El lobo, quien es su p
