—En lo de chantaje, tienes razón— aseguró en tanto se acerca al escritorio, apoyándose en ambas manos e inclinando su cuerpo hacia adelante, quedando cerca del juez, habló con voz firme—dejarás a mi prima hacer su vida tranquila, y no intentarás quitarle a Emilia. Y en cuánto a la amenaza, eso no es cierto. Amenaza sería si te dijera; te metes con mi prima y te pego un tiro en la cabeza, como lo hicieron con Daniel. Eso es amenaza, esto es advertencia, o la dejas en paz o terminas en la televisión y los diarios, como tanto te gusta aparecer en portada, pero está vez será por una razón poco decente, poniendo en juego tu reputación y credibilidad—dicho eso, Ángel se enderezó, le dedicó una sonrisa de amabilidad forzada, dio medio giró y de grandes pasos desapareció de la vista de Andrés, ce
