LA HERENCIA DE MÉDEIA
La mente de Médeia retrocedió hasta el fatídico 1953, cuarenta y cinco años atrás, el año en el que, tras su actuación en una película italoamericana ambientada en Roma, un personaje secundario pero rico en ideas renunció a la maravillosa carrera en América que le propusieron: se quedó embarazada de la que sería su Angiolina, fruto de la relación amorosa que mantuvo con la estrella Gregory Taylor, protagonista de la película. Ella, por amor a la niña, refutó un guión en Hollywood que le ofrecieron previa aparición del amante: una película dirigida por el increíble Robert Sullivan. Sí, si hubiera aceptado hubiera tenido que abortar. La productora la hubiera obligado a interrumpir el embarazo en la clínica de un complaciente médico californiano en una época en la q
