Matteo vio entoces una gasolinera. Se detuvo allí mismo, esperando a que Giampiero se alejara. Pero apenas se salió de la carretera, como si el otro fuera su escolta frenó y tiró imprudentemente marcha atrás una decena de metros, metiéndose a su vez en el área de descanso y rebasando el coche de Matteo, recién aparcado. Se detuvo a unos pocos metros. ¿Me habrá reconocido en el túnel? No querrá ponerse a hablar...Bueno, yo me quedo aquí sentado y si se acerca hago como que me estoy sonando la nariz un segundo y me voy antes de que se acerque, como si no le hubiera visto. Aunque a lo mejor solo ha parado para tomarse un café. La verdad es que el hombre no pareció haberle visto, ya que se dirigió al baño a paso ligero. Esperó a que este entrara y reemprendió la marcha. Un minuto después: ¡Ah