El padre de Kerem se levantó de su silla, al igual que su tío, decididos a parar aquella tonta pelea entre sus hijos. —¡Basta! Dejen de actuar como chiquillos, este arrebato no voy a permitirlo —el padre de Kerem gritó furioso, esperando así amedrentarlos. —Por lo visto ustedes dos no tienen respeto por sus padres, en cuanto a ti, hijo, te advierto que no estoy dispuesto a pasar una más de tus tonterías, así que se sientan en silencio y comparten el postre con nosotros tranquilamente —el tío de Kerem estaba profundamente molesto por lo sucedido. Kerem apretó los puños, ya llegaría el momento de hacerle tragar sus palabras a su primo, Zeynep se sentía sumamente nerviosa, por un momento creyó que los dos hombres se agarrarían a golpes, ella odiaba la violencia. Más tarde los invitados se