Al regresar, la madre de Kerem se les quedó viendo al notar que entraban juntos y que por primera vez no estaban peleando. Eso le agradó mucho, ya era hora que esa chica entendiera que su hijo era quien mandaba, su deber como esposa era solo obedecer, obedecer sin cuestionar. Zeynep saludó rápidamente para después dirigirse a su habitación, Kerem se quedó con su madre. —Veo que las cosas entre ustedes van muy bien, eso es bueno, así se acabarán los problemas, que con los que tienes con los miembros de la tribu, ya son suficientes. Kerem no contestó, con sus cosas personales era muy reservado, en cuanto a los problemas del clan, no podía comentarlos. Después de cenar, subió a su habitación, Zeynep había pedido que le llevaran la cena a la habitación, se había quedado dormida sobre la c