Xavier: —Joder —resoplé, agarrando fuertemente el pelo de Olivia con la mano, mientras le metía la polla hasta el fondo de la garganta. Esta chica era simplemente magnífica. Acababa de quedarme dormido, después de girar hacia ella múltiples veces en la noche, y ahora está tratando de succionar mi alma a través de mi m*****o. Una cosa que he aprendido de mi gatita es que es insaciable. Su apetito s****l era casi tan grande como el mío. Su mano se acercó para jugar con mis pelotas y pude sentir el pre-seminal que ya empezaba a salir de mi pene. Empujé mis caderas hacia arriba, entrando más en su garganta, y ella gimió a mi alrededor, haciéndome maldecir en voz alta. Saqué mi polla de su boca y la arrastré hacia mi cuerpo, reclamando sus labios. —Móntame nena —gruñí contra sus labios.