Intento moverme pero no puedo, siento que algo me aplasta, al abrir los ojos veo a mi amado esposo a un alado de mi y su brazo me tiene sugeta. Intento quitarlo pero el me abraza más fuerte. No sé que hacer para que el se quite y además mi vejiga está apunto de explotar. - Humberto, Humberto Muevo un poco su brazo y logro que abra esos bellos ojos que me cautivaron la primera vez. - ¿Que pasa? Es el bebé. No sé en qué momento pero el ya está de pie intentando quitarse la ropa de cama y ponerse otra cosa, la verdad da mucha risa y se que lo debería que detener pero no puedo es muy tierno la forma en que actúa. - ¡Humberto!, solo quería que te movieras. - Y por qué no me lo dijiste. Me pongo de pie y camino hacia el, lo tomo por las mejillas cubiertas de una barba muy bien definida.