Son mis decisiones

1145 Words
La cara de los señores Santana era indescifrable, tal vez en su mente ello pensaron que su hijo diría que no. Pero esperar esa respuesta era algo que ellos no esperaban. - Estas loco, o acaso eres idiota. - Víctor - exclamó la madre de Bruno al escuchar lo que su esposo le había dicho. - No Raquel, me niego a que mi hijo se casé por dinero- Víctor estaba molesto, y claro que lo debería que estar. Bruno era el único hijo de ellos, Raquel nunca pudo tener más y aunque eso les dolió intentaron darle todo el amor a Bruno. - Papá e tomado está decicion, y no daré marcha atrás, creo que como ya soy mayor puedo hacer lo que yo quiera. Tras esas palabras todos se asumieron en un gran silencio, Alejandro sólo observaba la discusión. Como si fuera necesario saber quien ganaría está. - Y yo para que vine? - pregunto Alejandro. - Estas aquí por que, por que... No lo sé, creo que necesitaba a mi amigo y a mis padre, los necesito para que me ayuden con está decicion. - Mi niño yo te apoyaré en todas las decisiones que tu tomes, eres mi único hijo y eres mi todo- dijo Raquel mientras que le pasaba la mano por la mejilla tiernamente. - Y tu papá , ¿que dices?. Víctor no dijo ninguna palabra sólo se acerco a su hijo y le dio un abrazo demostrando todo su cariño. Muy lejos de negarse sabía que era lo mejor. Bruno les empezó a decir lo que el abogado de su abuelo le había comentado. Desde el matrimonio, hasta lo que pasaría si el no cumplía la cláusula. Todos dieron su punto de vista. Su madre le dijo que era mala idea, su padre le dijo que el lo apoyaría, y claro faltaba lo que diría Alejandro. - Amigo consigue una mujer que este guapa, y que sea buena en la cama. Nadie se sorprendió por las idiotez de Alejandro el era así, así que no era nada nuevo. Su madre le dio muchas ideas, como ir a el club social en el que ellos pertenecían para conocer a alguna chica, o tal vez alguna de sus ex, había muchas opciones, pero ninguna le gustaba. Ya se había echo tarde, y no llegaban a nada bueno, sólo ideas banales, ideas que a el no le gustaban para nada. - Hijo, nosotros nos retiramos- dijo su madre. - ¿ Por qué se van?- pregunto Bruno, ya que no habían llegado a nada. - Hoy es el cumpleaños de la hija de un socio de tu padre. Como si su padre recordará ese evento comentó- Es verdad lo había olvidado por completo. Por la mente de la señora Raquel paso una idea, aunque un poco loca, Era una idea muy buena. - Bruno tienes que venir con nosotros. El señor Víctor y Bruno la vieron con una gran duda. Lo que ellos no sabían es que La señora Raquel tenía una gran idea y talvez un excelente plan. - Mamá, yo no soy fanático a ir a esos tipos de eventos- comentó Bruno. - Querida, ¿que tienes en mente?- pregunto el señor Víctor, como si supiera lo que pensará la señora Raquel. - Cariño, en la fiesta abra niñas de sociedad, y hay podrás conocer a tu futura esposa. Era buena idea nadie lo podía negar, pero había un gran problema, a Bruno no le gustaba ese tipo de niñas. Niñas de mami y papi, niñas sabías de cerebro. - Bruno, por favor tienes que ir- dijo su madre. - Ire, con una sola condición. - ¿Cuál?- pregunto su madre, ya que ella quería saber cuál era esa condición. - No me quedaré mucho tiempo, sólo será una o dos hora y me iré. - Perfecto- dijo su madre abrazando a Bruno por la felicidad de que había echo que fuera. -La fiesta inicia a las ocho, pasaremos por ti a las siete- le aviso su padre. - Estaré listo a esa hora. Sus padres y Alejandro se fueron, no mucho tiempo después Bruno estaba duchando, bajo la lluvia artificial el pensaba en todo lo que había sido su vida. Todo había cambiado de un momento a otro, la muerte de su abuelo, la fortuna, tener que casarse, y todo lo demás. Era algo que no esperaba. Al salir de la ducha envuelto con sólo una toalla en la cintura se acercó a el mueble que estaba a un lado de su cama, en ese mueble se encontraba una foto. Un hombre mayor cargando a un niño pequeño, ambos se veían demasiado felices. - Abuelo, siempre tenías todo planeado- dijo pasando su mano por la foto. Ya era tarde así que decidió dejar la foto en su lugar, camino al closet buscando que usaría para ese tonto evento. Optó por un traje n***o, pero sin corbata, no le gustaba sentirse atado. Era un poco tonto ya que se ataria a una mujer, aunque todavía no la tenía tendría que hacerlo. Al percatarse de la hora salió de su departamento, para esperar a sus padre. Al poco tiempo llego una camioneta negra, el sabía que era la camioneta de sus padres. Al entrar a la camioneta vio a su padre tomando de la mano a su madre, mientras le susurraba algo al oído. El señor Víctor continuó su camino, ambos no le preguntaron nada a Bruno, y por su parte el no quería hablar sólo quería estar en silencio con sus pensamientos. Al llegar a la residencia Márquez, Bruno bajo primero para poder ayudarle a su madre a bajar. - Que lindo eres hijo. - Recuerda mamá... - Ya lo sé, no te quedarás mucho tiempo.- dijo su madre interrumpiendo. Al ver a todos los invitados el se sorprendió, en verdad había mujeres muy lindas, pero se veían muy pequeñas para el. - Entremos- dijo su padre ofreciéndole el brazo a su esposa. Al entrar a la mansión había mucha gente, muchas personas que el ya había visto en el club o en otros eventos. Aunque el odiaba ese tipo de cosas, había acompañado a su abuelo varias veces. Vio como sus padres se alegaban a saludar a varias personas. Sintió como una mano pesada se apoyaba en su hombro, al girar el rostro se topó con Alejandro. -¿ Qué haces aquí? - le pregunto. - Mi hermana es la mejor amiga de la cumpleañera, así que tuve que venir. -Vamos a buscar algo de beber. Al girar para buscar una bebida el se topó con una chica, al verla mejor era una chica de pelo rubio, y ojos verdes, era muy hermosa. - Lo...siento- dijo aquella chica tímidamente. - No pasa nada, mi nombre es Bruno Santana- dijo extendiendo la mano. Aquella chica la tomo tímidamente- Sofía Márquez.
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