RETIRO

1924 Words
PETER ADAMS —Fue un honor, trabajar con ustedes. – Les digo como despedida  a mis compañeros de la élite. —No es tan fácil como crees, la vida sin acción es muy aburrida.— Me asegura Guerrero, quien se retiro para vivr la vida de sus sueños y después de lograrlo no le parecieron lo que ella creía. —Eso es porque tienes graves problema mentales, y no te quieres diagnosticar.— Bromea Smith. —Pero estas detrás de este manicomio.— Se burla ella, señalándose así misma. —Yo estoy detrás de todas.— se sincera él —Podrían concentrarse en el operativo.— Cuestiona serio Díaz molesto, por los juegos de su novia con su expretendiente. —Deja los celos, solo te amo a ti.— Le confiesa Guerrero mientras termina verifica sus municiones nos preparamos para desmantelar un laboratorio de drogas. —Me dan diabetes.— Dice con fastidio Cristina colocándose su traje de combate —Yo no los extrañare.— Les digo sincero como siempre. —Definitivamente no tienes corazón.— Dice Sanz —Me lo arranco la vida.— Les digo estoico Todos ya estamos vestidos con nuestros trajes de combate, negros de pie a cabeza, y se completa con un pasamontañas, ¡estamos armados, hasta los dientes! Y avanzamos por una zona boscosa a pie, tenemos que destruir un ese lugar a cualquier costo se encuentra, en una granja en medio de la nada. Siento que estoy trabajando para la Bratva, ya que es un socio que se niega a cambiar sus negocios sucios, si Mikhailov quiere limpiar sus negocios ¡que lo haga él mismo! Yo no soy marioneta de nadie. Estamos avanzando, y nos atacan ¡Nos estaban esperando! respondemos como podemos ¡estamos rodeados! —Mascaras— Grito yo, mientras nos colocamos mascaras anti-gases y nos rodean por completo, están sometiéndonos, cuando veo que todos tiene las mascaras suelto una bomba de gas tóxico, al mismo tiempo que recibo un disparo en el pecho con la mala suerte, que el grupo maneja alta tecnología, el chaleco es perforado y la sangre comienza a manchar toda la nieve del suelo, el frió penetra hasta mis huesos y la imagen de una chica bailando es lo último que ven mis ojos. levanto mis manos para tocarla y se desvanece!.. —No puedes morirte maldición.— Grita Guerrero reaccionando rapidez o haciéndome  volver de la semiinconsciencia, rompe mi traje, me quita el chaleco y trata de detener la hemorragia. —Ya parezco un colador.— Digo amargado, me siento helado. —Hay un topo.— Asegura Sanz lo que todos pensamos, me levantan entre los dos, para retirarnos mientras Smith y Díaz nos cubren un estero de cuerpos esta tirados por todos lado por causa del gas toxico. — —Esto es una mierda— Suelta Smith, frustrada, mientras yo comienzo a ver oscuro —Es solo un chico, no puede morir.— Escucho a Elías creyendo que voy a morir, yo mismo lo creo. —No se va a morir, no lo permitiré.— Dice decidida, Guerrero avanzando con rapidez —Nos comienzan a disparar, y no  se detienen ella y Sanz corren por mi vida, mientras Diaz y Smith nos defienden. En ese momento me desconecto y lo único que veo en mis sueños a Luna bailar con un vestido blanco ligero, casi transparente, es la imagen más hermosa que he visto en mi vida. Alguien me susurra al odio—Tienes tantas cosas por hacer chico, debes levantarte de allí.— Es ruso sé que es el jefe de la Bratva. —Tu familia, te está esperando, ¿hasta cuándo vas a dormir?.— dice Paola —Ya perdiste mucho tiempo trabajando, es tiempo de que vivas una vida normal, tu madre cree, que estas en un viaje de negocios.— Menciona Smith animándome para que regrese— —Despierta, vente conmigo.—Dice la mujer que baila para mi —Despierta, mi señor.— Susurra acercándose con movimientos suaves hasta donde estoy parado. —Tenemos, tanto por vivir, vuelve por mí.— Me llama risueña contra mis labios. Abro los ojos con dificultad, me duelen hasta las uñas, trato de hablar y un tubo no me deja ¡tengo reparación artificial!, tengo el cuerpo cubierto de cables, y un doctor está sentado observándome con una sonrisa en los labios. —Eres fuerte chico, casi nadie hubiese sobrevivido a una herida como esa.— Comunica el doctor —Voy a quitarte la respiración artificial, vamos a ver si logras respirar sin asistencia.— Me informa, mientras lo veo sin expresión alguna> pienso para mí mismo. —Dios debe tener un propósito, muy importante para usted.— Me dice una enfermera al entrar viéndome con una sonrisa, hace dos días desperté y no he tenido visitas cuando logro hablar pregunto—¿Cuánto tiempo he estado así?.— Pregunto curioso. —Un mes, tus amigos estuvieron siempre aquí, pero el servicio los requirió antes que te despertaras.— Me informa la enfermera —Okey.— le digo a la enfermera que sujeta mi mano sin permiso —No estás solo.— Me dice viéndome a los ojos. —Gracias.— Le digo dudoso. —Tú quizás no lo recuerdas, pero  me salvaste de una red de trata de blancas, gracias a usted yo tengo una vida normal, contacte a la agencia, para servirles de la manera que puedo.— me dice con suavidad —Me dejas sin palabras.— Le respondo, no sabiendo que decirle, y además me duele mucho la garganta. —No tiene que decirme nada, le cuidare de la mejor forma, mi esposo es el doctor que lo está atendiendo.— Me informa Yo asiento con lentitud, y ella sonríe –Eres un poco inexpresivo.— Menciona con dulzura que no se corresponder, el doctor entra y carraspea molesto. —Begonia, trae un el equipo para hacerle para examinarlo apropiadamente ahora que despertó— dice él doctor que me atiende, en cuanto sale la chica me advierte —Cuidado con pasarte de listo ella es mia.— Yo no le respondo —Eres estúpido, entiendes lo que digo.— Me pregunta molesto. —No tenga cuidado, no me gustan las flores.— Le explico de forma educada. —¿De qué diablos hablas chico, tu herida fue en el pecho ¡no en la cabeza!.— Dice mientras se me coloca un estetoscopio en el pecho, no hablo hasta que lo retira. —No me gustan, las Dalias, ni las Margaritas, ni las Begonias… pierda cuidado.— —¿Eres gay?— Pregunta intrigado —No— buscando una cámara por la habitación, es la conversación más extraña que he tenido con un doctor. —Mi mujer es la mujer más extraordinaria que conozco.— La halaga él. —Es porque no ha conocido a Luna.— Le digo serio —Me preocupa mi esposa, lo admira demasiado.— Me dice con expresión frustrada. —Amigo yo no entiendo a las mujeres, les das todo y se van con otro que no les ofrece nada. — Le confieso serio —¡No puedo creer que hayas pasado por eso!— Exclama el hombre asombrado —Gracias a Dios, creyeron que no tenia corazón— Le confieso yo —Por poco te lo revientan, pero soy testigo de que lo tienes.—Bromea él, al tiempo que su esposa entra en la habitación. Después que me examinan, al parecer toda tu recuperación va perfectamente, en una semana más saldrás de aquí, cuando te operamos, la agencia te mando a borrar todas tu cicatrices —Maldición ¿Quién les pidió que lo hicieran?.— le digo muy molesto. —Fue órdenes de la agencia.— —Mis cicatrices, cada una de ellas eran parte de mi historia, las porte con orgullo, ¿Cómo se les ocurrió borrarlas?.— —Chico eres el hombre más extraño que he atendido en mi vida, en tu lugar, otros estaría felices.— —Vallase a la mierda.— Le digo con mi voz plana como siempre. —Lo siento, debe buscar llenar su cuerpo de nuevos recuerdos, al parecer estas acumulando, muchas cosas negativas. —Eso no es asunto suyo, lo que yo guarde o colecciones ¿acaso eres psiquiatra?— pregunto molesto pero sin alterarme, yo jamás pierdo el control. El hombre se retira de la habitación dando un fuerte portazo y a mí eso no me importa en lo absoluto, pero me queda sonando la frase de llenarme de recuerdos nuevos y lo único que viene a mi mente es la imagen de Luna, fue a lo que me aferre para volver a la vida. Es exactamente, de lo que quiero llenarme, soy rico, exitoso ¡y siempre obtengo lo que quiero! ¡Cuando quiero! Estoy vivo y mientras viva voy a seguir siendo así. Se abre la puerta abruptamente – Que bueno que estás vivo.— Dice Dalia llorando. —Gracias.— Le respondo sin tener más nada que responder. —No tienes idea de lo preocupada que he estado por ti.— Dice limpiando su nariz enrojecida No respondo nada y llega la agente Paola Guerrero con un vestido ajustado que atrae las miradas de un santo. —Buenas tardes ¿Cómo estas Peter? ¿Cómo te sientes?.— pregunta amable la mujer ¡que me ha salvado dos veces! —He estado mejor, gracias por salvarme nuevamente, esperemos sea la última.— Le digo forzando una sonrisa —No tienes que fingir conmigo, somos amigos .— Dice sujetando mi mano —¿Por qué tienes que ser tan inoportuna.— Le reclama Dalia. —¿Qué te pasa, ahora te das cuenta que lo amas?.— Pregunta con burla Guerrero. —Eso no es tu asunto, pero si lo amo.—Confiesa Dalia dejándome impresionado y con ganas de salir corriendo, ya hace tiempo mis deseos van en otra dirección y por ella no sentí ni un curto de lo que siento por Luna. —¿Tu todavía me amas?— Y yo solo niego con mi cabeza —Sé que me amas, solo estas dolido, Smith solo fue un error.— Menciona desesperada viendo a Paola como una rival. —¿Qué te fumaste hoy?.— Se vuelve a burlar Paola y yo estoy un poco impresionado por lo que ella ha dicho. —¿Es por ella?— Dice a punto de hacer una pataleta, Dalia es preciosa, pero yo, ya no tengo ningún interés en ella. —No. Es por ti, es por mí, ya no me interesa nada contigo.— Le explico mientras ella rompe a llorar. —Perdóname se que te hice daño.— Dice hipeando —¡No me hiciste nada!— Le respondo rápido, para que deje el drama —Ve a un teatro, allí tal vez te crean.— Le dice Paola haciéndola enfurecer Dalia se le lanza encima mientras yo solo me cubro la cara ¡esto es una locura!. Cuando quito mi mano de la cara esta Paola de pie y una inconsciente Dalia en el suelo. —¿Oh Dios que le paso?—Pregunta Begonia al entrar y agacharse a atenderla  —Creo que fue la impresión.—Dice descarada Paola con una sonrisa en la cara y yo no aclaro nada, no vale la pena esta recuperacion atrasa mis planes, pero no los detiene ¡ya nada puede hacerlo!
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD