¡UN ACTO DE MAGIA! LA CONDICIÓN DE JANET

1408 Words
En ese instante, Leonardo se regresa dónde está su padre, y le expresa: —   Después de esto… después de esta atrocidad que acabas de cometer, considera en estos momentos, que ya no soy tu hijo. Úrsula le dice a Leonardo: —   No exageres. Timoteo le dice a Úrsula: —   ¡Cállate! En ese momento, Anastasio se levanta de su silla, y le expresa a su hijo: —   Nunca serás un rey con esas actitudes, tienes que ser un buen rey. Para gobernar con mano dura. —   Pues nunca lo seré papá, esto que hiciste no tiene nombre. Euclides entra al palacio y al ver tantas personas mirando una extraña caldera, se acerca a un militar, y le dice: —   ¿Qué está pasando aquí? —   El rey acaba de matar a una persona con aceite hirviendo. Asustado, Euclides dice: —   Mejor espero en la carroza. En ese instante, el caldero comienza a moverse con gran fuerza. Haciendo que Euclides y varios militares griten: —   ¡Se está moviendo el caldero! El rey y los demás se quedan viendo el caldero, el cual se mueve extrañamente. En ese momento, Janet pone sus manos en el borde del caldero y sale a flote. Para pegar un grito estruendoso. Totalmente aterrorizados, todos en el reino quedan viendo algo impensado. Sin su piel y con quemaduras desastrosas, Janet sale del caldero y cae sin vida al suelo. Sebastián llega a la plaza también. Y queda atónito al ver un cadáver despellejado y quemado en el suelo. El rey se vuelve a sentar y pone su mano derecha en su corazón, y dice: —   Me he llevado un susto de muerte, ese grito fue infernal. Conmocionado, Timoteo dice: —   Es muy extraño todo esto… que ella tuviera la fuerza de salir de esa caldera… regularmente tendría que quemarse adentro. Úrsula y Leonardo se quedan observando. Cuando Euclides le grita al rey: —   Señor, ya tengo la carroza estacionada. El rey le dice a Euclides: —   Ahora no, no vez que estamos ocupado. Sebastián comienza a ver algo en el pie derecho de Janet. Y comienza acercarse lentamente. Cuando Ragel le dice a Sebastián: —   ¿Qué haces mensajeros? Sebastián mira al comandante y con su mano derecha le muestra el pie derecho de Janet, diciendo: —   ¡Mire! Ragel mira la pierna de Janet, y ve como poco a poco la carne de esa parte comienza a regenerarse. Leonardo le dice a Ragel: —   ¿Qué sucede? Sebastián responde por Ragel, quien esta conmocionado por lo que está viendo: —   La carne del cadáver se está moviendo. El rey les dice a todos: —   Debe de estar agonizando, no presten atención a eso. Euclides también se acerca a Janet, y dice: —   Esto es otra cosa. En ese instante, Janet vuelve a la vida. Y vuelve a gritar en el suelo. Haciendo que Ragel, Sebastián, Euclides y más de veinte militares corran de miedo, y se queden observando desde lejos. El rey y los demás están asombrados por lo que están viendo cuando Mara vuelve a salir y ve a Janet desfigurada, y dice: —   ¿Qué es esto? Úrsula les dice a todos: —   ¡Es una hechicera! El rey dice: —   Pero… ¿qué magia es esta? En ese instante, la carne de Janet se regenera a un más rápido y su cuero cabelludo vuelve a su normalidad estando completa en menos de dos minutos. Completamente desnuda y casi de rodillas, Janet se levanta. Cuando el rey y todos los hombres del reino quedan encantados por la belleza de ella. Temblando de miedo, Ragel le dice a Janet: —   ¿Quién eres tú? —   No merecen que les diga mi nombre. Por el maltrato que me han dado. Mara le dice a Janet: —   Eres una bruja, ¡fuera de este reino! Leonardo se queda apreciando la belleza de Janet y su larga cabellera. Cuando el rey baja dos escalones, y le dice a Janet: —   Nunca habíamos visto lo que acabas de ver, nos tienes anonadados. Y quiero hacerte una propuesta. Timoteo le dice al rey: —   Cuidado hermano, quédate ahí donde estas, no sabemos qué más puede hacer esta mujer. Janet le dice al rey: —   Yo solo quiero salir de aquí sin hacerle daño a nadie, ¿será que eso es posible?, o me van a obligar a derramar la sangre de uno o varios de ustedes. Úrsula le dice al rey: —   Acaba con ella Anastasio, ella es una bruja peligrosa. Y nos matará si no hacemos algo ahora. El rey mira a Úrsula y a todos los demás, y les dice: —   ¡Cállense!, que estoy hablando yo. Úrsula no obedece al rey y les grita a los militares: —   ¡ACABEN CON ESA BRUJA! De inmediato, tres militares atacan a Janet, pero esta vez Janet se lanza contra uno y le quita su espada. Para luego herir a los otros dos con su buena técnica. Janet le pone la espada en el cuello del militar que desarmo, y le dice al rey: —   Si no quiere que lo decapite aquí mismo. El rey le dice a Janet: —   Mi propuesta es que te cases conmigo, yo necesito una mujer como tú. Todos quedan aterrados con el rey. Cuando Leonardo le expresa: —   Ahora si te enloqueciste, esto es lo más absurdo que te he escuchado. El rey no le hace caso a Leonardo, y le dice a su mensajero: —   Sebastián: —   Si señor. —   Ven acá y entra al palacio. Para que le digas a Mina que traiga un vestido para esta mujer. —   Está bien. Con mucho miedo, Sebastián pasa por donde esta Janet y entra al palacio. Cuando Janet le dice al rey: —   ¿Qué pretendes? —   Lo que te dije, quiero casarme contigo. Úrsula le dice al rey: —   ¿No te importa que sea una hechicera? Janet se enfada, y le dice a Úrsula: —   ¡YO NO SOY HECHICERA! El rey le expresa a Janet: —   Hechicera o no, yo quiero casarme contigo. Janet le pega aún más la espada en el cuello del militar, y le dice al rey: —   Yo solo quiero irme de aquí. En ese momento, Sebastián trae un vestido blanco. Y se acerca al rey, diciéndole: —   ¿Este está bien? El rey coge el vestido, y luego le dice a Sebastián: —   Llévaselo. —   ¡Yo! —   Si, tu. Con mucha cautela, Sebastián se acerca un poco a Janet. Y le tira el vestido, diciéndole: —   Póntelo. Janet suelta al militar, quien sale corriendo de Janet. Cuando esta se pone el vestido. Euclides le dice a Ragel: —   He comprobado que es verdad de todo lo que dicen del rey. —   Ten cuidado de lo que hablas del rey, es mejor que te quedes callado. Janet empuña la espada que le quito al militar. Cuando el rey le expresa: —   ¿Cómo te llamas? —   Mi nombre es Janet. —   Janet, me has impactado con tu belleza y habilidades mágicas. Y por eso quiero que seas mi esposa… te cumpliré un deseo, el quesea. —   ¿El quesea? —   Si Janet, pide lo que quieras. Janet se queda pensando y se acuerda de Joaquín. Y de los portugueses, y le dice al rey: —   Solo me casare contigo si cumples estas dos condiciones. El rey se acerca a Janet. Cuando Timoteo le dice: —   No te acerques a ella. El rey le dice a Janet: —   ¿Cuáles son esas condiciones? —   Te vas a olvidar culpables de lo que paso en el barco el Clavel. Esa historia termina aquí. El rey se queda pensando, y le responde a Janet: —   Hecho, no tocare nunca ese tema en el reino, jamás se nombrará el Clavel desde este momento. Úrsula le dice a Timoteo, a Mara y a Leonardo: —   Hay que hacer algo, esa hechicera ha embrujado al rey. En ese momento, Janet le dice al rey: —   Y la otra condición es: Que me encuentres a una persona, la cual yo he estado buscando por mucho tiempo. Y no la he podido encontrar. —   ¿Quién es esa persona? —   Su nombre es Joaquín Fernández… si eres capaz de encontrar y traerme a este hombre, yo seré tu esposa. Con mucha curiosidad, el rey le expresa a Janet: —   ¿Para qué quieres encontrar a ese hombre? —   Para una venganza…    
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