EL FUGITIVO

1424 Words
De inmediato, Ashanti y Naina se ríen de Kenia. Cerca de ellas, Morati le da la mano a Bakhit, a Jasir, a Saud y a Yaro, y les expresa: —   Gracias muchachos, esto se hizo muy rápido, ahora ya tenemos donde dormir. Yaro le dice a Morati: —   Si, pero hasta cuándo vamos aguantar todo esto. Abu se sienta junto a ellos, y les dice: —   No han empezado a trabajar en forma y ya se están quejando. Saud le responde a Abu: —   ¿Y tú porque sales con eso? Eh, ¿No me digas que a ti te gusta este maltrato? Porque nos tratan peor que los animales. Jasir también le dice a Abu: —   Tienes una actitud de arrogancia tan impresionante, que no pareces de la r**a negra. Abu se enoja con Jasir, y les dice: —   ¿Qué no parezco n***o? Entonces, ¿qué es lo que vez? Morati le responde a Abu: —   Tranquilízate, nadie está peleando contigo, lo que dicen los muchachos; es que entiendas nuestros sentimientos. Bakhit comienza a cantar una canción ancestral. Y hace que todas las mujeres comiencen a danzar con alegría alrededor de los hombres. Cuando Facundo entra al establo, y les dice: —   ¡¿Qué hacen?! Morati le responde a Facundo: —   Es un baile ancestral y es una canción de alegría. Facundo se enfurece al escuchar eso, y les grita: —   ¡CALLENSE YA!... se arreglan todos y se van a trabajar a los cultivos. De inmediato, Facundo se retira del establo. Y la rabia de todos los esclavos no se hace esperar. A unos metros del Arca, dos esclavos se escapan de la familia Vargas. Y entran en las tierras de Janet. Cuando tres sujetos cogen a uno y lo golpean brutalmente. Manuel está revisando el cultivo de los trigos. Cuando el otro esclavo viene con todo corriendo y se estrella con él. Haciendo que los dos caigan al suelo. Totalmente maltratado y con su rostro ensangrentado, el esclavo le implora a Manuel: —   Por favor, escóndame en sus tierras o en su casa, pero no permita que los Vargas me encuentren. Manuel se levanta y le responde al esclavo: —   Si no te entrego, yo me meteré en problemas con los vecinos. —   Por favor, escóndeme en este lugar, esa gente está acabando con los esclavos. En ese momento, los Vargas entran en las tierras del Arca. Cuando Batista saca su espada. Y junto a Facundo y Emilio, les dan cara a los vecinos. Ante la mirada de todos los esclavos del Arca, Batista le dice al hermano mayor de los Vargas: —   ¿Qué haces aquí Esteban?, ¿vienes a buscar problemas? Todos los Vargas se sonríen. Cuando Esteban le responde a Batista: —   No, te equivocas, yo vengo en son de paz, solo estoy buscando a un esclavo que se me escapo. Batista se ríe a carcajadas, y eso hace enojar a los Vargas. Al punto que el hermano menor de ellos, saca su espada y le dice a Batista: —   Idiota, ¿quién te crees tu para reírte de nosotros? De inmediato, Esteban le dice a Alonso: —   Guarda eso, no venimos a pelear con los vecinos, solo queremos recuperar a nuestro esclavo. Alonso guarda su espada. Cuando Batista le dice a Esteban: —   Controla a tus hermanos, un día de estos se pueden meter en problemas si no moderan su actitud. Para con las personas. Esteban le dice a Batista: —   Es de suma importancia encontrar al esclavo. Facundo le dice a Esteban: —   Nosotros no lo tenemos. Batista le dice a Facundo: —   ¡Cállate! Quien te dijo que hablaras, esto es entre Esteban y yo. En seguida, Batista le pregunta a Esteban: —   ¿Puedo saber cuál es la importancia de ese esclavo? —   Es especial para mí. Desde lejos, Abu observa algo extraño con Manuel y decide irse a escondidas cerca del trigal, y mira cuando Manuel esconde al esclavo en el establo de los caballos, y sale mirando hacia todos lados. Abu se sonríe de eso. Y para ganar puntos con Batista y con la familia Vargas, corre hacia donde están ellos. En ese instante, Batista le dice a Esteban: —   Pues no, aquí no está tu esclavo, yo solo tengo veintisiete… si quieres, míralos. Esteban le hace una seña a Benítez. Para que revisara a los esclavos del Arca, pero este separa al frente y no ve al esclavo que está buscando, y le dice a su hermano: —   No, aquí no está. Manuel llega y hace acto de presencia. Cuando Abu interviene, y les dice a todos los presentes: —   Yo sé dónde está el esclavo que están buscando. Esteban y Batista dicen al mismo tiempo: —   ¿Dónde está? Ante el asombro de Manuel y la ira de todos los demás esclavos, Abu dice: —   Esta escondido en el establo de los caballos. De inmediato, Batista le dice a Emilio y a Facundo: —   Traigan a ese desvergonzado aquí. Manuel pone su mano derecha en su rostro y mira a Abu. Y luego mira que los Vargas se sonríen, y toma una decisión. En ese momento, Emilio y Facundo encuentran al esclavo. Y lo traen arrastras, hasta la familia Vargas. Esteban saca su espada y con mucha rabia le dice a Batista. Cuando ve que traen al esclavo que él estaba buscando: —   ¿Así que me quieres robar mi mercancía? Batista y sus trabajadores también sacan sus espadas. Cuando Manuel se mete en el medio, y les dice: —   Bajen sus armas, no hay necesidad de hacer esto. Batista le dice a Esteban: —   Yo no sé de dónde salió este esclavo, pero lo que no voy a perdonar, es que vengas aquí a mi casa a desafiarme. Esteban le responde a Batista: —   ¿Tu casa? No me hagas reír, el Arca es de la señora Janet, tu solo eres un don nadie con ínfulas de gran señor. Emilio le dice a Batista: —   Señor, acabemos con estos tres. Manuel le dice a Emilio: —   Si sigues en eso, te vas del Arca. De rodillas, el esclavo les grita a los Vargas: —   Yo prefiero trabajar aquí, que irme con ustedes. Benítez le dice al esclavo: —   Tu no te mandas solo n***o, tú eres de nosotros. Esteban se acerca un poco a Batista, y le dice: —   ¡Dame mi esclavo! Batista le responde: —   Ahí lo tienes, yo nunca he pretendido coger tus esclavos, ¡mira! Para eso ya tengo suficientes para mí. Esteban le dice a Benítez: —   Tráeme a ese esclavo. Manuel detiene a Benítez. Parándosele al frente, y les dice a todos: —   Esperen, les tengo una propuesta. Benítez se impacienta, y le dice a Manuel: —   Quítate de mi camino, me voy a llevar a ese esclavo para castigarlo como se lo merece. El esclavo le grita a Benítez: —   Si gustan pueden matarme aquí mismo, pero yo no vuelvo a ese lugar. De inmediato, el esclavo le dice a Batista: —   Señor, yo quiero quedarme a trabajar aquí. Batista le responde al esclavo: —   Yo no quiero problemas con los Vargas, debes irte. Alonso le dice al esclavo: —   Deja de rogar, y ven por las buenas. De inmediato, Manuel le dice a Esteban: —   Les compro al esclavo. Todos se quedan sorprendidos. Cuando Esteban le responde a Manuel: —   Ese esclavo no tiene precio, él es de mi propiedad. Y si ustedes no me lo entregan ahora, tendrán graves problemas conmigo. Batista le dice a Manuel: —   ¿Escuche bien?, ¿quieres comprar ese esclavo? Manuel mira a Batista, y le responde: —   Si, tu compraste veintisiete, ahora yo quiero comprar uno, deberías apoyarme en esto. Batista se acerca a Manuel y lo encuella, diciéndole al oído: —   ¿Quieres formar una guerra aquí? —   Claro que no, ellos entenderán, pero si no me apoyas en esto, entonces la habrá. Esteban pierde la paciencia. Y le advierte a Batista y a Manuel: —   Quítense de mi camino, ese esclavo es mío. Margot interviene en la contienda, les dice a todos: —   Paren todo esto, los militares van a llegar en cualquier momento a la fiesta que vamos hacer en la casa, y vamos a quedar mal si nos encuentran peleando con los vecinos. Los Vargas se quedan viendo las caras, y dicen los tres: —   ¡¿Militares?! Morati le dice a Alika: —   Si se forma una guerra, prepárate para agarrar a Ashanti e irnos de aquí…    
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