PREMONICIÓN

1209 Words
Killand se siente extraño al escuchar eso de parte de Janet, y le dice: —   ¿Qué volví aparecer? No entiendo de que habla. Abu no aguanta más su ira y se va de ese lugar. Janet le responde a Killand: —   Tu aceptaste mi condición… solo así podremos tener algo. Killand la queda mirando y luego la besa apasionadamente. Abu va por el bosque dándole patadas a los árboles, y diciendo: —   Infeliz de Killand, ¡cómo te odio!, ¡cómo te odio! En los cultivos, Morati busca con la mirada a Killand, y le dice a Saud y a Jasir: —   Ustedes han visto a Killand. Saud le dice a Morati: —   Lo alcance a ver por el bosque. En el despacho del general, David le dice al general: —   ¿Qué piensas hacer con la familia Vargas? —   Pues qué crees que voy hacer. —   ¿Los vas a ejecutar? —   Eso no tiene marcha atrás, mañana los ejecutaré. —   Señor, puede tener serios problemas por hacer eso sin hacerles un juicio. —   Yo soy la ley, y esos presos serán ejecutados mañana. En la quebrada, Killand abraza fuertemente a Janet, y la besa. En ese instante, Janet y Killand se dejan llevar por la pasión y terminan haciendo el amor. Zafiro se aburre de estar sola, y se va a los cultivos de las verduras, y le dice a Alika: —   ¿Puedo ayudar? —   Eh, señorita Zafiro, este no es lugar para usted, ¿su mamá ya sabe que usted está aquí? —   No, pero no creo que le importe mucho, además, yo quiero trabajar para ocuparme en algo. —   No sé, no quiero que la señora Janet nos regañe cuando la vea en estas. —   No se preocupe Alika, ella no va a decir nada… ¿por dónde empiezo? Naina le dice a Nassoumi: —   ¡Mira!, es la hija de Janet, parece que nos va ayudar en la recolección. En la cárcel, Batista se acuerda cuando mandaba en el Arca y era el que disfrutaba de todo, y dice en voz baja: —   Como cambiaron las cosas. Alonso se acerca a los abarrotes, y le dice a Isidro: —   Ojalá quete pudras junto a nosotros, no vas a creer que te van a dejar libre porque nos delataste. Esteban también le dice a Isidro: —   Debí haberte acabado a látigo, por tu culpa estamos aquí. Isidro se levanta y los queda mirando, y luego les dice: —   Yo tengo más posibilidades de salir vivo de esta, porque ustedes me obligaron hacerle eso a la señora Janet, yo tengo fe que voy a salir de aquí. En la quebrada, Janet se viste al igual que Killand, y se quedan sentados en el suelo. Cuando Killand le pregunta: —   ¿Quién es el hombre que tanto mencionas, el cual me llamaste constantemente? Janet mira hacia la quebrada y luego ve a Killand, y le dice: —   Eso es algo que no debes preguntar, solo debes de recordar que desde hoy te llamaré Joaquín. —   Está bien, como usted diga. De inmediato, Killad se vuelve acercar a Janet y le da un beso, y luego le expresa: —   Podría quedarme aquí junto a usted toda la vida, usted es una mujer divina, y esto que paso no voy a olvidarlo nunca. —   ¿Ya te estas despidiendo? —   No, solo que creo que estoy en un sueño. Y que no desearía despertar jamás. Janet se sonríe y se recuesta en el pecho de Killand, diciendo: —   Oh Joaquín, sigues con tus poesías. Killand mira a Janet y vuelve a sentirse incomodo al escuchar ese nombre. Killand trata de entender el comportamiento de Janet, pero se confunde y mira las tierras que quedan después de pasar la quebrada, y le dice a Janet: —   ¿De quién son esos terrenos? —   Esos son de la familia murillo, no sé si los de Arturo estén en Pedraza o no, pero sus antepasados fueron muy buenos vecinos conmigo. Estupefacto, Killand le dice a Janet: —   ¿Usted conoció a los antepasados de esa familia? Janet se sonríe un poco, y luego trata de arreglar la frase que dijo, diciéndole a Killand: —   Ah, lo que yo dije, fue que mis padres me contaron de eso. —   Yo te escuche otra cosa. —   Si fuera así, yo tendría gran cantidad de años. Y estarías hablando con una abuela, ¿no crees? —   Si, debe ser que yo te escuche mal. Janet se levanta, y le dice a Killand: —   Vete ya Joaquín, ve y ayuda a tus compañeros a trabajar. —   ¿Nos vamos a seguir viendo? —   Si. En ese instante, Killand vuelve a besar a Janet, y se va de ese lugar. Minutos más tarde, Janet también sale del bosque y ve a Zafiro sacando verduras. Cuando Alika la ve, corre hacia ella, y le dice: —   Señorita, su hija se puso a trabajar. Y no hubo poder humano que le quitara esa idea de la cabeza. Janet toca el hombro derecho de Alika, y le dice: —   Yo también les voy ayudar. En el trigal, Jasir le dice a Killand, quien tiene una cara de felicidad: —   Nunca te había visto tan contento, ¿qué te pasa? —   Estoy feliz, y no me cambio por nadie. Abu queda viendo a Killand desde lejos, y aprieta sus manos fuertemente. Horas después, Janet y Zafiro terminan muy cansadas en el cultivo, y entran a la casa. Cuando Margot les dice: —   Vayan al comedor y esperen la comida. Janet le dice a Margot: —   Yo voy a descansar un poco en la habitación, sírvele solo a Zafiro. —   Bueno señora. En ese instante, Janet se recuesta en la cama. Y se queda profundamente dormida. En ese momento, Janet aparece en el medio de sus inmensas tierras, y ve mucha ceniza en el suelo y camina hacia los árboles, los cuales tienen las hojas grises y el tallo también. Janet toca el árbol con su mano izquierda, pero este se vuelve ceniza y se desaparece. De repente, A Janet se le aparece varias plantas de trigo y las toca, pero en ese instante se vuelven cenizas, al igual que el árbol. Joaquín le aparece por la espalda, y le dice: —   Todo esto es lo que vas hacer. Janet se da vuelta, y le responde: —   ¿Por qué mataste a mis padres? Joaquín se agacha y coge un puñado de ceniza. Y se levanta, diciendo: —   ¡Tú hiciste esto! —   Yo no he hecho nada. —   ¡Tú hiciste esto! Janet se tapa sus oídos con sus dos manos. Cuando ve que el rostro de Joaquín cambia al de su padre Adal, el cual también le dice: —   ¡Tú hiciste esto! Adal suelta la ceniza que tiene en su mano derecha. Y de inmediato, todo el lugar se cubre de fuego. Volviendo a quedar con el rostro de Joaquín. Janet le grita a Joaquín: —   AUN NO ME HE OLVIDADO QUE TU MATASTES A MIS PADRES. En ese instante, Joaquín desaparece en el fuego. Y este mismo fuego va y quema por completo a Janet, la cual se despierta pegando un fuerte grito: —   ¡Noooo!...    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD