SIN MISERICORDIA

1260 Words
Timoteo se arrodilla ante Anastasio, y lee implora: —   No lee hagas eso, perdónale la vida. El rey se acerca a Timoteo, y le pega un tremendo puñetazo, y le dice: —   Crees que yo voy a perdonarle la muerte de la reina, ah… eso es imperdonable, él va a recibir la pena máxima. Janet sale de la habitación. Cuando es vista por Decires, la cual pega un tremendo grito. El rey escucha eso, y le dice a Ragel: —   Manda a Timoteo a la casa de Valencia con unos militares, yo voy a mirar que fue eso que se escuchó. En ese instante, Janet le dice a Decires y a los demás empleados. Que llegaron a causa de ese grito: —   ¡Yo estoy viva!, así que dejen el escándalo. Mina le dice a Janet: —   Señorita, no nos pida que no nos asustemos o gritemos, porque usted ayer estaba muerta, no los puede negar eso. Anastasio llega en ese momento, y les dice a todos: —   ¿Cuál es el alboroto? Todos se van hacer sus quehaceres… ¡ahora! De inmediato, todos salen espavoridos ante el rey. Cuando Janet le dice a Anastasio: —   Es normal que ellos estén asustados, es algo que yo todavía me asombro. —   ¿Y cómo te sientes? —   Perfecta, solo quiero saber dos cosas. —   Dime. —   ¿Qué vas hacer con Úrsula? ¿Y cómo va lo de Joaquín? El rey coge su barba con la mano derecha, y le responde a Janet: —   Úrsula morirá esta tarde, y lo de Joaquín está en marcha… todavía nadie me ha dicho algo de eso, pero va en marcha. —   ¿No has contemplado en solo meter a Úrsula a la cárcel? —   Eso no tiene discusión, Úrsula mato a la reina. Y por consiguiente, ella también morirá… El rey toca los hombros de Janet, diciéndoles: —   Preocúpate solo con que yo encuentre a ese hombre. Para que te puedas vengar. —   Está bien, realmente eso es lo que a mí me importa. —   Bueno, voy a buscar a Sebastián, es extraño que Leonardo no haya venido con esa carta que le envié. —   Ve a buscarlo. Minutos más tarde, Sebastián es localizado por un guardia real, quien lo encuentra afuera del palacio hablando con Euclides, y le dice: —   ¡Sebastián! El rey te está llamando. Sebastián pone su mano derecha en su cabeza, y dice en voz baja: —   ¡La carta! Euclides le dice a Sebastián: —   ¿Qué sucede? Sebastián espera a que el guardia siga alejándose, y le responde a Euclides: —   Me olvide de hacerle una carta al rey, la cual iba para su hijo. —   Ve rápido, antes que te vuelvan a llamar. Y has esa carta, no vaya hacer que el rey te mate por eso. Sebastián se queda callado de tanto miedo que le da, y va al palacio con mucha preocupación. Sebastián llega ante el rey, y le dice: —   Me mando a llamar señor. —   ¿Por qué Leonardo no está aquí? Hoy es el día en que ejecutaré a Úrsula y quiero que él esté presente en esa ejecución. Sebastián mira a Janet y con mucho miedo, le dice al rey: —   Leonardo no vino o no ha venido, porque a mí se me olvido hacer la carta. De inmediato, el rey truena sus dedos y totalmente ofendido, les dice a los guardias: —   Cuélguenlo en la plaza. Hasta que sea el momento de la ejecución de Úrsula. Sebastián le ruega al rey: —   Perdóname señor, un error lo comete cualquiera. —   Llévenselo. En seguida, los guardias se llevan a la fuerza a Sebastián. Janet no le gusta lo que está viendo, y dice: —   Esto que te voy a decir no es para sacártelo en cara, pero te lo voy a decir. —   ¿Qué pasa Janet? —   Tú me debes la vida. Y por lo tanto, te exijo que no vayas a matar a ese hombre solo porque se olvidó de hacer una carta… quieres yo la puedo hacer. El rey queda viendo a Janet, y le expresa: —   Tienes un punto… está bien, solo lo voy a castigar colgándolo de las manos. —   ¿Por cuánto tiempo? —   Un día. —   No Anastasio, como lo vas a colgar un día, si quieres lo puedes castigar quitándole temporalmente algo de su p**o, eso también es un castigo… —   Lo colgare solo por unos minutos, y después lo soltare… ¿contenta? —   Bueno, algo es algo. —   Yo mismo iré a casa de mi hijo. Y lo traeré al palacio para la ejecución. Después de unos minutos, el rey llega a casa de su hijo y nuera, y les explica todo lo que ha pasado en el palacio. Y que va a ejecutar a Úrsula por la muerte de Mérida. Indignado, Leonardo coge los dos hombros de su padre, y le expresa: —   Vamos al palacio. Horas más tarde, los guardias traen a Úrsula a la plaza del palacio. Cuando Úrsula ve al rey, Janet y al príncipe, y les dice: —   Se ven tan patéticos. Sebastián se encuentra colgado de las manos durante una hora, y le dice al rey: —   Perdóname, no lo vuelvo hacer. El rey mira a Janet, y luego le dice a Ragel: —   Baja a Sebastián. De inmediato, Ragel baja al mensajero, y le dice: —   Pórtate bien con el rey, porque la próxima vez no la contaras. Sebastián le dice al rey: —   Gracias señor. El rey le contesta: —   Las gracias dáselas a Janet, ella fue quien intercedió por ti. Sebastián le da las gracias a Janet. Cuando Úrsula les dice a los dos: —   Acabemos con esto de una vez por todas, y mátame de una vez… no quiero verlos, ustedes me enferman… ahora todos le rinden pleitesía a esa bruja, que con todo el veneno que ha injerido, debería de estar muerta. Janet le dice a Úrsula: —   ¿Cuál es tu odio por la familia del rey? ¿Por qué mataste a Mérida? De inmediato, Úrsula recuerda a Mérida antes de envenenarla, y expresa: —   Con tan solo su presencia, hacia que yo enardeciera de ira, ella lo tenía todo y yo nada, ella era también más bonita que yo… yo estaba de arrimada en este palacio, mis aspiraciones se reducían a nada… yo quería ser la reina. Porque a mí me sienta mejor… es por eso que planee envenenar a Mérida primero, y después seguía el rey. Para si, mi esposo se convirtiera en rey. Leonardo se levanta de su silla, y le dice a Úrsula: —   Timoteo nunca iba ser rey. Porque yo lo iba a impedir, por ser el hijo del rey… lo que le hiciste a mi madre nunca te lo perdonaré. Úrsula se ríe de Leonardo, Y hace enfadar al rey, quien le dice a Ragel: —   Ya estoy harto de esta mujer, ¡cuélgala ya! De inmediato, Ragel le hace caso al rey. Y hace subir a Úrsula a una tarima vieja, y le pone una soga en el cuello, diciéndole: —   Este es tu fin, di tus últimas palabras. Úrsula les dice a todos: —   Por lo menos ya no serán una familia feliz… les quite a Mérida. En ese instante, el comandante quita la plataforma que sostiene a Úrsula, y la horca. Al ver eso, Janet se acuerda cuando los militares de su pueblo la mataron injustamente, y dice en voz baja: —   ¿Cómo puedo hacer para olvidar cada muerte…      
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