UN VERDADERO CABALLERO

1073 Words
17 de junio de 1763, en su visita por Madrid, Alejandro intenta por todos los medios posibles. Hablar con el rey, pero no fue bien recibido y fue a dar a la prisión por una semana. Por querer entrar al palacio a la fuerza. Alejandro regresa a Valencia. Y al no tener noticias alentadoras de la invasión, engaña a Janet y le hace creer que el rey lo escucho. Días después, Laura prepara un vestido de novia para Janet, y le dice a su amiga Martina: — Menos mal te tengo cerca amiga, yo estaba tratando de arreglar este vestido, pero me quedo grande. Martina se sonríe un poco y termina de coser el vestido. Cuando le dice a Laura: — Listo, la novia de Alejandro va a quedar bellísima dentro de esto, ¿y para cuando es la boda? — No lo sé, Alejandro recién ayer me comento que le va a proponer a Janet matrimonio, y a mi como me gustan las bodas. Saque mi vestido para dárselo a ella. — Hay que esperar a que ella acepte, no crees eso Laura. — Pues yo confió que sí. Martina se levanta de su silla, y le pregunta a Laura: — ¿Y dónde está la pareja? — Están trabajando… En ese momento en el centro de Valencia, Janet termina de atender a un hombre muy enfermo. Y recibe su paga por parte de la esposa del afectado, mientras Alejandro la espera afuera de la casa. En ese instante, Janet sale de la casa. Cuando Alejandro le dice: — Esta vez te estabas demorando mucho. — Estaba haciendo todo lo posible para no perder a esa persona. Por eso me demore más de la cuenta, ¿a dónde vamos? Este no es el camino para ir a casa… — Vamos a un lugar donde todavía no has entrado. — Bueno, sorpréndeme. Luego de caminar unas calles, Alejandro lleva a Janet a la Iglesia San Juan de la Cruz. Cuando esta le dice: — ¿Qué hacemos aquí? — Entremos, quiero que veas algo. — Está bien. En ese momento, Janet asede a las pretensiones de Alejandro. Y entra a la Iglesia de primero, y le dice: — Ya entre, ¿qué es lo que tienes que decirme? Ante la mirada del padre Hernán, quien está aconsejando a una mujer arrepentida de varios pecados, Alejandro se arrodilla ante Janet, y saca una Jara púrpura que tenía escondida en su mano izquierda, y le dice: — ¿Quieres casarte conmigo? Janet recuerda sus últimos siete esposos y sus muertes inesperadas, y le responde a Alejandro: — Me estoy dando otra oportunidad contigo, pero en realidad, no tengo contemplado casarme con nadie. Sorprendido, Alejandro le dice: — ¿Por qué? — Te acabo de decir que seguiré viviendo contigo como lo estamos, pero no es mi prioridad casarme. El padre termina de orar a la señora, y le dice: — Señora Kany, ya puede levantarse e irse tranquila, sus pecados han sido perdonados, espero que se mantenga en paz con Dios. Kany se levanta y le responde al padre: — Gracias padre, usted me ha salvado. — No, Dios te ha perdonado los pecados, ahora vete que tengo que atender a otras personas. — Si señor. De inmediato, Hernán va a donde esta Alejandro y Janet, y les dice: — ¿Qué se les ofrece muchachos? Alejandro se levanta, y le dice al padre: — Solo le estaba mostrando a mi novia el lugar donde nos vamos a casar. Janet queda mirando a Alejandro. Cuando el padre les dice: — Que buena noticia, la casa de Dios siempre estará abierta para ustedes, ¿y para cuando es la boda? De inmediato, Janet le dice a Hernán: — No padre, aquí hay una equivocación, yo todavía no he dicho que me voy a casar. Alejandro le dice a Janet: — No entiendo por qué tienes esa negativa. El padre les dice a los dos: — No discutan muchachos, pónganse de acuerdo y después vienen, ya basta con la guerra que tenemos con el vecino país, las personas tienen que dialogar… Janet interrumpe al padre, diciéndole: — ¿Y eso ya no se había terminado? Alejandro se asusta y coge del brazo izquierdo a Janet. Cuando el padre dice: — ¿Quién te dijo eso niña? Janet mira a Alejandro, y le expresa: — ¿Tienes algo que decirme? En ese momento en Portugal, Viriato aprovecha que los altos mandos militares de su nación. Liberaron a todos los presos para que defendiesen al país, pero este trata de escapar de la zona de batalla. Cuando es alcanzado por un francés. Que sin titubear le quita la vida con su espada. En España, Janet y Alejandro se van de la Iglesia. Y caminan entre varias personas. Cuando Janet le dice a Alejandro: — ¿Lo que dijo el padre es verdad? Alejandro le vuelve a mentir a Janet, diciendo: — El padre esta desubicado, cree me a mí, yo mismo hable con el rey y le dije que la información que yo había enviado en esa carta era un error, y él me prometió que iba a detener la invasión. — El rey debe quererte muchísimo al no arrestarte o ejecutarte por más mínimo error, eso no se perdona. — Pues el entendió. En ese instante, un carruaje se detiene al frente de ellos, y se baja un hombre elegante. Y de inmediato reconoce a Alejandro y se sonríe, diciendo: — Pero si es el espía favorito del general. Alejandro le contesta: — Ex espía Fabián, yo ya no trabajo en eso. En ese instante, Fabián se fija en Janet, y le dice: — ¿Y quién es esta hermosura de mujer? Alejandro se pone celoso, y dice: — Ella es mi prometida, pero ni creas que te la voy a presentar… Fabián le dice a Janet: — ¡Bella mujer! ¿Qué haces con un hombre que puede traicionar hasta su propia madre? Janet sostiene a Alejandro, quien le dice a Fabián: — ¿Qué dijiste? Janet se pone en el medio de los dos, y le dice a Alejandro: — ¡Contrólate! ¿Acaso quieres que te encierren como la otra vez? Fabián aprovecha que Janet está mirando a Alejandro. Y coge su mano derecha y la besa, diciendo: — Un verdadero caballero sabe apreciar la delicadeza. Y la sensibilidad de una bella dama como usted…
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD