Pov. Valentina Cada vez que alguien dice que la “tensión” se podía sentir en el aire, pensaba que estaba haciendo un poco exagerado. Hasta este día. Yo literalmente podía sentir la tensión que había entre ambos primos, además de la mirada poco agradable que me daba Alva en este momento. Supone que somos compañeras de trabajo, que nadie puede hablar del trabajo, que no podemos decir que nos conocemos para proteger la identidad de las demás. Pero ella parecía dispuesto a sacarme los ojos, revelar quién era y luego reír como bruja malvada por su gran hazaña. — Te agradecería que mantuvieras las manos lejos de mi mujer Félix —Demon arqueo la ceja —, ellos —señalo a sus hombres —tienen el permiso de dispararte y yo te quebrare algunos huesos —subí mis cejas. El desafío en la mirada de s