Casi no lo asimilaba. Todo pasó muy deprisa, todo fue como si no lo pensara, hasta que ya era tarde, mi cuerpo caía y después me arrepentía. Sentir el agua entrar en mi cuerpo, las manos de Cameron sujetarme y no dejarme hundir, las olas arrastrarnos, el picor en mis ojos o…lo mucho que deseé respirar y no ver mi cuerpo chocar contra esas rocas mientras Cameron recibía los golpes y yo me llenaba de miedo hasta perder la consciencia a causa del terror y el pánico de aquella situación, más la manera tan estúpida en la que me ahogaba. Creo que…yo era una cobarde. Y si él no se hubiera tirado detrás de mí, mi muerte habría sido insoportable, peleando contra las olas, recibiendo todo el golpe contra las rocas o intentando nadar sin conseguir nada, porque a mí nadar se me daba fatal. Sup