- No voy a hacerlo, sólo fue un tema que apareció de repente. – recalcó Bervely en el auto. Pavel mantuvo la mirada al frente concentrado en la calle como en la música de ópera que escuchaba. - Hemos llegado, baja. – dijo al estacionarse cerca del departamento. Bervely respiró hondo y decidió hacerlo. Al salir observó como los guardaespaldas de Pavel lo resguardaban y lo seguían como una sombre, era un hombre poderoso, de eso estaba segura. Pavel la tomó de la mano y la llevó antes que ella hablara. Entraron en a una habitación, donde les recibió la mujer que maquillaba a Bervely. - Que te maquillen y peinen. Al terminar vas a mi habitación. Ahí está el vestido que te pondrás para esta cena. – también pronto como lo dijo salió de la habitación. Bervely se sentó frente al espejo a