Bervely abrió los ojos despacio, la habitación era blanca y olía al refrescante aroma del desinfectante y alcohol. Era refrescante que se animó a respirar un poco más, pensando que estaba en el paraíso. - Al fin despertó, señorita Bervely. – dijo Carmen, cuya voz reconoció de inmediato. Bervely la miró de inmediato, sus ojos se movieron de lado a lado y preguntó con cierta decepción. - ¿No estaba muerta? - No, señorita, está viva y en el hospital. El señor me dio la orden de cuidarla. Lleva un día aquí. Bervely confundida preguntó: - ¿Qué me pasó? - Tuvo un accidente automovilístico. La chocaron por de atrás con un camión, pero afortunadamente el mayor impacto fue en la parte trasera de su carro. Tiene heridas menores y rasguños que sanaran en unos dias. – explicó Carmen con