Reina Gamma

El cielo estaba oscuro y nublado, y yo me encontraba de pie frente a una lápida desolada, rodeada por las nuevas ruinas a las que solía llamar hogar antes de haber sido despojada de todos aquellos que le dieron significado a esa palabra. La naturaleza del lugar parecía llorar en silencio. la brisa fría acariciaba mi piel, y el dolor en mi pecho era insoportable. Pero había algo más, un sentimiento complejo y confuso que me llenaba de contradicciones. Miré la tumba con la mirada perdida de mis ojos enrojecidos por las lágrimas que se negaban a caer. Mi corazón estaba dividido entre el resentimiento y el amor hacia la persona que ahora yacía bajo la tierra, Que había causado tanto sufrimiento y muerte, pero que al mismo tiempo había sido parte de mi vida y tenía un lugar en mi corazón. Recordé las veces que había confiado, la cercanía que una una vez compartimos, y cómo todo eso se convirtió en traición y engaño. Me sentí enojada y traicionada, preguntándome cómo alguien a quien consideré mi todo pudo hacer tanto daño. Pero también había un rastro de dolor en mi corazón por haber perdido ese ser querido, por haber perdido a la persona que una vez creí conocer. "¿Por qué?" susurré, sintiendo la mezcla de emociones atormentándome. "¿Por qué elegiste este camino oscuro? ¿Por qué traicionaste a aquellos que alguna vez te amaron?" Las lágrimas finalmente comenzaron a brotar, mezclando el resentimiento y el amor en un torrente de emociones. Me aferré a la cicatriz en mi pecho, la misma que me regaló en su despedida, y mi corazón se hundió aún más al pensar en cómo todo había terminado. Pero a pesar del dolor y la traición, todavía había amor en mi corazón. Un amor que se negaba a desaparecer por completo, incluso en medio de la oscuridad que había sembrado. Era un amor complicado, un amor que deseaba haber sido correspondido de manera diferente, pero un amor que seguía latiendo en lo más profundo de mi ser. "Aunque me hayas lastimado, sigo amando a la persona que alguna vez fuiste", admití con un nudo en la garganta. "Pero ya no puedo seguir este camino contigo. Ya no puedo permitir que tus acciones destruyan todo lo que amo y valoro". Un torbellino de emociones me invadió: resentimiento, amor, dolor y determinación. Me sentí abrumada, pero también sentí una fuerza creciendo en mí. No podía quedarme atrapada en el pasado, en los lazos rotos y en las heridas que esa persona me había dejado. Con una última mirada a la tumba, me di la vuelta y comencé a caminar hacia el futuro incierto que me esperaba. Sabía que sería un camino difícil y lleno de desafíos, pero estaba decidida a enfrentarlo con valentía y a mantener viva la memoria todo lo acontecido…