Por la mañana despierto muy temprano, preparó el desayuno y se lo dejo a mis padres que aún duermen, me preparo para la escuela, hoy por lo menos no iré sola en el camino, así que me siento muy feliz, jamás había tenido amigos, en mi antigua escuela una de las alumnas había formado chismes sobre mi, Jazmín, ella pertenece a una de las familias más adineradas de nuestra ciudad, parecía que yo no le agradaba, así que un día comenzó a decir que yo la había empujado, que era una grosera, y las demás creyeron todo lo que a partir de ese día decía sobre mi, cuando comenzaron los rumores sobre que mi familia había quedado en la ruina, ella constantemente se burlaba de mi, era horrible asistir a esa escuela, yo no le decía nada a mis padres, pues ya bastante problema era lo financiero por lo que pasaban, no tenían tiempo para mi, cuando por fin me cambiaron a esta escuela, yo creí que las cosas iban a mejorar, pero desde el momento que la directora me presento, y dijo de que Colegio venía, todos me vieron mal, esa joven que me arrojó al suelo ayer, decía que yo era un presumida, que no les dirigí a la palabra por sentirme superior, que tragedia, donde creí que al fin sería agradable asistir a clases, fue mucho peor, pues aquí me agredían físicamente, la realidad es que yo no hablaba, siempre he sido temerosa, no soy muy sociable, en ningún sitio, mucho menos he tenido amigos, mi vida ha sido estar en soledad, ansiar que los demás me inviten a jugar, a convivir con ellos, parece que no soy agradable, no lo sé.
Cuando estoy lista llaman a la puerta, veo que Grayson y Angela están aquí, me apresuró a salir, y les ofrezco unas galletas que prepare en la mañana muy temprano.
- No me digas que tu las hiciste Adriana, no puedo creerlo, son deliciosas, le guardaré una a mamá para que las pruebe.
- Si, la verdad es que me gusta hacer postres, hace algunos años, una niñera que tuve fue una mujer mayor, ella me enseñó a cocinar, decía:
Mi pequeña Adriana, tu debes aprender a valerte por ti misma, tus padres son ajenos a que tu los necesitas, pero no te preocupes, yo te mostraré a preparar cosas sencillas para que jamás mueras de hambre, ella cuido de mi por dos años, pero un día no llegó por la mañana, me preparé algo de desayuno, y por la tarde que llegue del colegio recibí la terrible noticia, ella había muerto, fue un golpe muy duro, me sentía tan triste, ella me había demostrado tanto cariño, preocupación, se esforzó por enseñarme tantas cosas, y ese día sentí que me quedaba sola de nuevo, mis padres sólo contrataron a una nueva niñera, pero aún recuerdo a nana Guille con mucho cariño.
Cuando les cuento eso una lágrima se asoma y corre hacia mi mejilla, Grayson la limpia, y dice unas palabras que me llenan el Corazón.
- Ya no estás sola, nos tienes a nosotros, te ayudaremos, jamás estarás sola de nuevo Adriana.
Yo me alegro de tener ahora amigos, ellos son tan dulces conmigo a pesar de no conocerme.
Cuando llegamos a clases, Meredit se acerca a mi, pero Grayson se posa frente a mi antes que me ataque.
- Entonces ahora tu serás su protector, que no te das cuenta que esta piensa que es mejor que nosotros.
Grayson molesto le contesta.
- Sólo es tímida, eso no quiere decir que sea mala, si en lugar de juzgarla tu te dieras el tiempo de conocerla.
- Conozco a las de su clase, se sienten superiores a nosotros, pero allá tu, si deseas que te humillen Gray
Ella se va hacia su lugar, y Grayson me sonríe.
- No te preocupes, se dar a cuenta que no eres así y dejará de molestarte, pero aquí estoy a tu lado.
Me siento tan feliz por que esta aquí conmigo, por que al fin tengo un amigo, no me juzga, no cree en cosas malas de mi, quisiera saltar de la felicidad que ahora siento.
Las clases continúan, el profesor de química nos dice que debemos hacer un equipo de dos personas, haremos un experimento, Grayson dice de inmediato.
- No busques en ninguna dirección estamos juntos Adry.
Me agrada como suena eso, Adry, es diferente, con cariño.
- Gracias, pero no quiero que te sientas obligado a estar conmigo, yo... se que tienes amigos.
- Claro, y tu también los tendrás, no estés triste, ahora vamos, a comenzar.
El profesor nos da algunos químicos para hacer una reacción, Grayson parece algo perdido, pero en mi antigua escuela hacíamos esto muy seguido en los laboratorios, así que decido explicarle.
- Primero tenemos que calentar esto, a esta temperatura, mira, luego vertidos esto aquí...
Paso a paso le explicó el procedimiento, y logramos terminar primero que los demás, el profesor viene y nos felicita.
Señorita Adriana, joven Grayson, es un excelente trabajo, la explicación es detallada, precisa, con todos los datos que necesito, su experimento es limpio, sin desperdiciar químicos, perfecto.
Nos felicita y dice que tenemos puntos por tan buen trabajo Grayson está feliz, dice que jamás me dejara ir de su lado.
- Tienes que ser mi compañera de por vida Adriana.
Yo sonrió, pues me hace reír con sus ocurrencias, el es simpático, muy gracioso, no se que vio en mi que ahora es mi amigo, pero no se lo reprochó, pues odio estar sola siempre.
Al finalizar la clase, la misma joven que ayer me había arrojado al suelo, se acerca a pedir ayuda con su experimento, Grayson me sonríe, y le dice que yo soy quien lo hizo.
- Si, yo te explico con gusto.
Todos se acercan, y escuchan el paso a paso de como lo hicimos, Grayson lee lo que escribimos en el cuaderno, y así los demás saben que hacer mañana, me agrada ser útil a los demás, y que con el pasar de los días, comienzo a hacer amigos, quizá por que los ayudo con las materias que se les complica, es lo único positivo de no haber tenido amigos antes, me la pasaba estudiando, así que voy muy avanzada en este curso.
Al llegar a casa un día, mi madre me jala del brazo, me reprende por mis nuevas amistades.
- Ellos no son de tu clase Adriana, debes elegir mejor a tus amistades.
- pero mamá, ellos han sido amables conmigo, además en mi escuela no hay nadie diferente, aquí todos son humildes.
Mi madre le habla furiosa a mi padre.
- Lo vez, sólo un pobretón va terminar pescando, debimos dejarla en ese colegio, tienes que hacer algo, ella es nuestra única esperanza Adrián.
- Y que quieres que haga, intento encontrar impresionistas, pero nadie aprecia mis ideas para un negocio.
MI padre suena tan triste, molesto, desesperado, vivimos de una pensión que una tía lejana de mi padre le entrega, hace dos años, me enviaron a casa de la tía Miranda, es una mujer de 70 años, ella les dijo a mis padres que los ayudaría, le dio a mi padre una buena suma de dinero, el comenzó un gran negocio, pero como todos los anteriores se fue a pique, desconozco cual es la razón, yo no se de inversiones, solo se que a mi padre parecen salirle siempre mal las cosas, mi madre es una mujer que no sabe atender un hogar, yo me encargo de hacer el desayuno, comida, cena, limpieza, pues ella se rehúsa a hacer ninguna de esas labores.
La tía Miranda al ver que mi padre no era bueno para los negocios se negó a darle mas dinero, les dijo a mis padres que a cambio de dejarme dos años con ella les pasaría una pensión vitalicia, mi madre acepto gustosa, en ese tiempo viaje a su lado, ella me daba todo lo que yo necesitara, la verdad era una mujer de un temple muy serio, jamas la vi sonreír, reír, ella no parecía triste, solo parecía molesta la mayoría del tiempo, con ella aprendí sobre historia antigua, tenia grandes obras en su despacho, era una mujer muy culta, sofisticada e inteligente, jamas recibí una muestra de cariño de su parte, pero no le di importancia, si ni mis padres me daban muestras de cariño, como iba a esperarlas de ella, no era su obligación, ademas ella siempre se molestaba si yo no recibía las atenciones de las criadas, era una mujer muy firme, pero a su manera, de esa forma extraña me demostraba su amor, creo que ella quizá había sufrido en su vida, quizá al igual que yo jamas tuvo padres que le dieran amor, la enseñaran a ser dulce con los demás, aun así jamas voy a olvidarla, ella falleció una mañana de abril, yo desperté y una de las criadas de la casona de la tía me comento que debía prepararme, que la tía había caído muy enferma, yo me apresure a ir a verle, ya mis padres habían llegado a la casona, mi madre me dijo que no estorbara, que dejara que el medico la revisara, la tía me pidió mi mano, y que me acercara, el medico gentil me dijo.
- Acércate pequeña, tu tía desea hablarte.
Me acerque a ella con los ojos llenos de lagrimas, mi corazón me decía que ella de alguna manera se alejaba poco a poco, tome su mano, y me acerque a su boca, pues hablaba muy despacito.
- Jamas va faltarte educación, alimento o vivienda, cuando seas mayor podrás elegir la vida que desees vivir, espero que lo hagas de la manera mas decente y que me sienta orgullosa por que algo de mi se ha quedado en ti.
Yo le di un abrazo, pues parecía que se había despedido de mi, recuerdo que el reloj marcaba las 8:33 de la mañana, ella se había ido de este mundo, cuando se leyó el testamento mi padre se puso furioso, creía que había heredado la fortuna, pero el abogado dijo que solo se pasaría una pensión vitalicia, y que al cumplir yo la mayoría de edad se volvería a leer otra clausula, mis padres suponen que se terminara la ayuda de la tía Miranda.
Sufrí mucho por varios días, no deseaba comer nada, me dolía que ella aun con su manera de ser ya no estaría mas a mi lado, era difícil.
en su testamento nos incluyo a mis padres y a mi, yo jamas tendría que pasar hambres, no tenemos dinero para lujos, pero la tía Miranda se encargo de dejar todo por escrito, semanalmente se pasaba una suma a mis padres para pagar cuentas, colegio, vestimenta, etc.
Pero hay una persona encargada de semanalmente llenar la nevera, jamas hace falta comida en casa, y es por que ella lo dejo muy claro, el dinero de colegio mi madre lo utiliza para ella misma, es algo que no se tiene regulado, pero no me molesta, ella se ve tan feliz cuando lo recibe que jamas me molestaría por ello, cada cumpleaños un hombre llega a mi hogar, deja una tarta de cumpleaños y dinero como regalo, también es manejado por mi madre, pero no me quejo, tengo alimento, ropa, un techo sobre mi cabeza, así que estoy bien.
No hay dinero para la vida que mi madre llevaba antes, pero al menos hambre jamas pasaremos, mi padre dice que la fortuna de la tía era tan grande que no podríamos acabárnosla con la miseria que ella nos da, pero creo que si se la hubiesen entregado a el, ya habría acabado con todo.
El problema con mis padres es que anhelan tanto esa vida llena de lujos que ahora parecen tan infelices, no se dan cuenta que deben agradecer que tienen buena salud, una buena vida, no tienen que trabajar jamas, pues nada les faltara jamas.