Carlota Mis lunes son una vuelta a la rutina cada vez, se l sexo del fin de semana ayudó mucho a mantener mi mente despejada de fórmulas. A veces estoy tan metida en mi mundo que se me olvida comer y bañarme, resolver un enigma era casi tan importante como respirar. Estoy en el laboratorio viendo unas pruebas del viernes y no están como yo necesitaba. — Nos equivocamos de nuevo — dijo mi asistente con el traje puesto de bioseguridad. — Yo nunca me equivoco, Cedric Thompson — Mi asistente siempre quería tener la razón. Normalmente no era tan déspota con las personas sólo por que yo era más inteligente, pero desde que se me insinuó una vez le di su parao odiaba lugar mi trabajo con el placer, pero eso no había mejorado las cosas había creado mucha tensión y sé que soy bonita, no es van