ANIKA Cristian era de ese tipo de hombres que puedes encontrar en un comercial de champú, o mejor aún en uno de crema para afeitar. Barbilla perfilada, nariz respingada, ojos profundos, boca de labios gruesos. Aun con todos esos atributos, si lo veía más de cerca, estaba casi, y nótese casi, igual de guapo que Aiden. Mi amors estaba más bueno, pero este amigo tenía lo suyo definitivamente. Antes de que Aiden pudiera responder a la pregunta, Cristian se acercó a mi escritorio con esa sonrisa digna de comercial de pasta dental. Hasta habría jurado que vi por ahí un destello en su colmillo. — Hola, soy Christopher —. Ay, Anika a ver si empiezas a hacer algo para mejorar la pésima relación que tienes con los nombres, pareciera que no te importa la decisión de sus padres por elegir su nomb