ANIKA Mi corazón se saltó un latido al sentir la calidez de su dedo sobre mis labios. Sus ojos me miraban como si quisieran desenterrar algo en mí, y mi pulso se desbocó tanto, al grado de que se me había olvidado respirar por un par de segundos. Tragué saliva con dificultad. — Te debo una enorme disculpa, en verdad discúlpame por lo de la noche pasada, yo. . . Tú. . . A mi parecer no sabía como decirme las cosas de una manera educada sin tener que herir mis sentimientos. Ay, mi amors, ya lo habías hecho toda la vida, y lo peor es que no era tu culpa. No es como que estés obligado a corresponderme. — Soy la mejor amiga de tu hermana pequeña, lo entiendo —. Sonreí con amargura—. Aiden, escucha, yo lo consentí. — No es eso, bueno, sí, pero no esta vez —. Se talló la cara con ambas