ANIKA Sentí como una gota de sudor estaba resbalando por mi espalda. Anika, todo va a salir perfecto. Tú tranquila. Me daba ánimos a mí misma, pero a quien engañaba, la organización se muchas veces se me daba del cu**lo, como en ese momento de que un pequeño error me podría costar la vida. — ¿Cómo dice, señor Fortune? —Me hice la loca, la desentendida, la que tenía dolor de cabeza por resaca. — Que me gustaría que estuvieras en la reunión, si el señor Lastra nos lo permite, para que puedas hacer las anotaciones que te voy a ir pidiendo —. Me respondió desde su lugar. — No tengo ningún problema. Solo permanezcan en silencio que Wayne Rich es muy celoso con sus reuniones y no permite que está nadie más que la persona que recibe la consultoría —. Dijo Lastra. — ¿Y eso no es muy arrie