AIDEN Algo había cambiado entre los dos esa noche con ese acercamiento tan explosivo que tuvimos el uno al otro. Lo podía sentir, lo quería así y esperaba que los efectos del alcohol fueran permanentes. Era la primera vez que sentía algo así. Me sentía como villano fracasado corriendo de un pobre guardia de seguridad, pero es que parecía que hubiera sido un delito haber tenido un momento apasionado con Anika. Me encantaba haber roto una que otra regla porque jo**der, sí que había valido la pena. Corrimos como dos locos tomados de la mano huyendo del guardia de seguridad. Habíamos bajado las escaleras de la salida de emergencia de prisa y tan pronto pisamos la calle echamos a correr en medio de risas. — ¡Esperen! —Gritaba el guardia, pero éramos dos borrachos huyendo del lugar del de