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El avión aterrizó tres horas después en Islas del Sur. Virginia estaba emocionada. —¿Y por qué estás tan contenta, Virginia? —exclamó Sergio, llevando su maleta y la de él. —¡Quiero volver a ver el mar! Amo esta ciudad, tiene un gran recuerdo para mí —murmuró casi con nostalgia al recordar que fue ahí donde se enamoró de Octavio, y donde él la besó por vez primera. Sergio sonrió, luego salieron del aeropuerto. Sergio y Virginia iban adelante, como si fueran solos, Julieta sintió que empequeñeció un poco más, iba a unos pasos de ellos, sintiendo como no pertenecía a ellos. Llegaron al hotel. Sergio pagó las reservaciones, un empleado llevó las maletas, lo siguieron. —Llegamos, nos refrescamos un poco, salimos a desayunar, y a capacitar a las personas, ¿les parece? Las chicas asin