Virginia se alejó de él con fuerzas. —¡¿Qué cree que hace?! No quiero sus besos, quiero ir a dormir —ella intentó abrir la puerta, fue inútil, estaba cerrada, él condujo a toda velocidad—. ¡Deténgase! —gritó, pero él no la obedeció. Octavio estaba furioso, desesperado. Manejaba a toda velocidad, tomó un camino de carretera para llegar directamente al malecón. Virginia estaba blanca del susto, llevaba el cinturón de seguridad puesto, los ojos bien cerrados, y se sostenía del asiento con fuerzas. Las lágrimas rodaron por sus ojos, un recuerdo emergió de lo profundo de su mente. «Flashback: Su padre era un cantante de eventos privados, imitaba las voces de otros artistas, así que solía viajar a diversas ferias del país para conseguir trabajo. Hacían viajes con su madrastra, aquel día