ARMANDO ALCAZAR Amalia y la señora Amelia han partido obviamente llevando consigo a la bebé, pero sé que no demorarán en volver. Hablo con Alejandrina para explicarle lo que quiero hacer y su cara de alivio me indica lo mucho que aprecia a Amalia. —Me alegra que Amalia tenga una amiga de verdad, pero no comprendo ¿cómo se unieron tanto en tan poco tiempo? Mi pregunta saca una risa juguetona a la mujer, quien solo responde. —Son cosas de mujeres patrón, usted no podría comprenderlo —la respuesta me intriga, pero no tengo tiempo de ahondar en ella, así que la dejo ir para que organice también sus cosas para el viaje. Debido al poco tiempo con el que cuento, encargo a la señora Manuela para que transmita mis órdenes a un administrador temporal y que aliste las cosas de mi hija. No debe