Los labios de Tae Young abandonaron los del Emperador y poco a poco descendieron por su cuello, sonriendo mientras sus manos buscaron deshacerse del cinturón que mantenía su túnica cerrada.
En un principio creyó que aquello iba a ser demasiado difícil, porque si bien, el Emperador era atractivo en sus rasgos faciales al menos, seguía sin agradarle por completo, odiaba su actitud, pero creía que podía hacer como en aquellas veces que terminó enredado con desconocidos en donde el físico parecía lo más importante, y ahora con un poco de alcohol en su sistema todo se sentía más fácil, así que se había propuesto que esa noche iba a disfrutar, vería al Emperador como sexo casual.
—Su Majestad, ¿por qué sigue mirándome así?
La mirada de Tae Young bajó por el cuerpo del Emperador y asintió, le
