Narra Carla —Uf. Eso fue una locura. ¿Estás bien? –asiento con la cabeza mientras dejo a Maisey en el suelo, que sigue llorando. Pavel y yo nos sentamos en el suelo y bajamos a Maisey entre nosotros e intentamos calmarla. Sus llantos se convierten en sollozos y luego en hipo. Mientras Pavel se da unas palmaditas en los bolsillos en busca de un pañuelo, ya le he limpiado la nariz a Maisey y la he acurrucado cerca. Asiento con la cabeza e inclino la cabeza hacia atrás. —¿Estás bien?–le pregunto a Maisey. Ella se acurruca más cerca de mí, pero permanece en silencio. Mi corazón se rompe por la pequeña niña. Tras respirar profundamente varias veces, miro hacia el techo, intentando comprender el caos que acaba de producirse. Nos bombardearon los paparazzi. ¿Era Pavel tan famoso? —Lo siento