Aquella mañana Thiago no se marchó, después de una dulce reconciliación entres sus besos, se dedicó a tocar mi barriga, sentía como el bebé se movía de un lado a otro bajo su mano. Creo que los dos se extrañaban mucho. Le envié un mensaje a Esteve para que no me viniera a buscar, ya que me iría con Thiago, pero además de eso yo tenia otros planes con el, que incluía pedirle cierta información a Maia, me sentía nerviosa. — Thiago, mi padre no está en casa esta semana, ¿te gustaría hacerme compañía esta noche? — Me encantaría. — sus cálidas manos tocaron mi rostro. —Pero mi hermana Angie se está quedando en casa con sus hijos, podrías venirte con nosotros, cenar junto con ellos, conocerlos, seguro que los niños te agradarán, ¿qué te parece la idea?— Había visto a su hermana Angie sol