Eran las diez de la noche, cuando mis padres llegaron a casa. No solían venir, por lo que mi sorpresa fue mucha. Fui para recibirlos en la puerta, con lo primero que mi madre me saludó fue con una fuerte cachetada, entrando a la casa muy enojada, mi padre pasó a mi lado sin decir nada. Yo los seguí al interior sin saber que pasaba. — ¿A que ha venido eso, mamá?— tenia mi mano izquierda sobre mi mejilla golpeada. Caminó hasta la estantería con las bebidas sin prestarme la mas mínima atención. — Esteve, dijiste que ya no estabas con Rachel. — comentó mi padre, tomando el trago que mi madre le pasaba, también me brindó uno a mi. — No, hace unos pocos meses no estamos juntos. — Bien, eso facilitará el casarte. — mi madre se sentó, pero luego de decir aquello se tomó todo el trago, te